Esto que vamos a platicarles lo leímos hace poco. Prevalece como el primer día. Hay cuatro cosas viejas que son buenas.
Émile A. Faguet indica que hay viejos amigos para conversar. Leña vieja para calentar. Viejos vinos para beber. Y viejos libros para leer.
Y lo que adjudicaron ellas: Te persiguen los años Ravelo Galindo, pero no te alcanzan.
En tanto el colombiano Gabriel García Márquez dijo que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad. Cuánta razón, añadiríamos.
¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún por llegar. Aseveramos.
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena. Diríamos.
Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los cuarenta siguientes, el comentario. Por supuesto.
Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes, afirmó William Shakespeare
Tenía la razón Pablo Picasso al aseverar: Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida
Y es cierto que el arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza.
La vejez es un tirano que prohíbe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.
A los viejos les gusta dar buenos consejos, para consolarse de no poder dar malos ejemplos. Cuánta razón de François de La Rochefoucauld
Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara.
Acuérdate don Octavio que envejecer es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo.
Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no pudiese morir. Replicaría José Antonio.
Todos deseamos llegar a viejos y todos negamos haber llegado. Ciertamente don Francisco de Quevedo.
Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto. Cicerón
Cuando uno se hace viejo, gusta más releer que leer. Pío Baroja En la boca del viejo todo lo bueno fue y todo lo malo es. Baltasar Gracián Es cierto don José Antonio que nada nos envejece tanto como la muerte de aquellos que conocimos durante la infancia.
Lo hemos dicho muchas veces: El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones.
La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza
También ésta: En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.
La madurez del hombre es haber recobrado la serenidad con la que jugábamos cuando éramos niños.
El viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo que hace es mejor
Se necesitan dos años para aprender a hablar y ochenta para aprender a callar.
Los árboles más viejos dan los frutos más dulces.
Los que en realidad aman la vida son aquellos que envejecen.
Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
La vejez existe cuando se empieza a decir: nunca me he sentido tan joven.
No hay duda de que la vejez nos arrebata lo que hemos heredado y nos da lo que hemos merecido.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día, lo dijo Ernest Hemingway.
Un hombre no es viejo hasta que comienza a quejarse en vez de soñar. Sabía lo que dijo John Barrymore.
Un hombre no envejece cuando se le arruga la piel, sino cuando se arrugan sus sueños y sus esperanzas.
Viejo es quien considera que su tarea está cumplida. El que se levanta sin metas y se acuesta sin esperanzas.
Viejo es quien termina de leer todos estos proverbios, y no se acuerda de ninguno. Como nosotros que los escribimos.
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