Con una inflación mensual en marzo de 0.83% y anual 4.67%, el trimestre cerró con el nivel de precios más alto en 27 meses, y por encima del rango objetivo planteado por el Banco de México.
Adicionalmente, el índice subyacente, que refleja los volátiles precios de los alimentos no procesados y los energéticos, registró un aumento mensual de 0.54%, el segundo más alto de las últimas dos décadas, de acuerdo con el Grupo Financiero Monex, y anual de 4.12%.
Mientras que la subyacente creció 1.69% y 6.31% anual, muy lejos del rango objetivo de 3 +- un punto del Banco Central.
El incremento resultó mayor a lo esperado, reconocieron algunos de los participantes en la reunión de la Junta de Gobierno de Banxico en la que decidió mantener la tasa de interés de referencia en 4%, el 25 de marzo.
Entre las preocupaciones expresadas en la Junta por ese aumento sorpresivo de los precios está que la reducción de la tasa de referencia sea insuficiente para contrarrestar la escalada de precios ante las presiones que ya se prevé continuarán de la inflación subyacente a medida que la baja inflación de los servicios deje de contrarrestar la elevada inflación de mercancías conforme se reabran actividades por efecto de la vacunación.
Las expectativas de inflación general para el cierre de 2021 aumentaron y las de mediano y largo plazos se mantuvieron estables en niveles superiores a la meta de 3%, señalaron algunos de los miembros de la Junta.
En contrapunto, otros señalaron factores que pueden desalentar el crecimiento de los precios, como las mayores medidas de distanciamiento social ante el riesgo de un repunte de los contagios y posibles eventos de apreciación del peso frente al dólar.
Y ante la afirmación de que el balance de riesgos para la inflación está sesgado al alza, hubo quien precisó que dicho sesgo se observa en el corto plazo.
También se enfatizó que ninguno de los determinantes de la inflación ha sufrido un deterioro significativo que anticipe presiones al alza sobre los precios debido a que: el tipo de cambio ha resistido los episodios de volatilidad y la depreciación del peso ha sido moderada y, pese a los incrementos en los precios internacionales del petróleo, se espera que su impacto sobre los precios internos se mitigue parcialmente con la política de precios del gobierno federal.
Si bien el nivel de la inflación en la primera quincena de marzo se situó por encima del intervalo establecido por el Banco de México, esto no debe interpretarse como un aumento generalizado de los precios, hizo notar uno de los participantes en la reunión.
Detalló que la proporción de bienes y servicios con variaciones mensuales significativas e inferiores a sus promedios históricos se encuentra cercana al 50% y el porcentaje es mayor al considerar únicamente los componentes de la inflación subyacente.
Pese a todo, los 5 integrantes de la Junta coincidieron en que se prevé un aumento de la inflación general en los próximos meses, en parte debido a que el indicador comparará con precios de los energéticos extraordinariamente bajos hace un año, pero también porque se prevén nuevos aumentos a los energéticos por la reactivación económica global.
De febrero a marzo, el precio de la gasolina premium aumentó 5.96%, gas LP 5.21% 2.08% la gasolina magna.
Entre las razones del incremento del indicador general de precios está el aumento en los precios de muebles y aparatos domésticos, ropa y calzado, material de entretenimiento, y vehículos y accesorios, al tiempo que el precio de las mercancías alimenticias y de los servicios turísticos y de telecomunicaciones y de transporte se mantuvo también elevado, se mencionó en la reunión de Banxico.
Fenómeno global
También hay presiones inflacionarias a escala global, se dijo, como es el riesgo de posibles incrementos y volatilidad en los precios de materias primas en los mercados mundiales, y de episodios de depreciación cambiaria atribuibles a una mayor inflación a escala internacional.
La mayoría de los integrantes de la Junta atribuyó la inflación global al incremento, principalmente, en los precios de los energéticos, destacando que en las economías avanzadas la inflación permanece en niveles por debajo de los objetivos de sus bancos centrales.
También reflejó el fin de subsidios y recortes de impuestos que se habían implementado en algunos países como respuesta a la pandemia, se dijo.
Aunque también la mayoría comentó que las expectativas para la inflación mundial se revisaron al alza, particularmente las de Estados Unidos, ante un mayor estímulo fiscal y la perspectiva de una recuperación más vigorosa, y que, en respuesta, algunos bancos centrales de economías emergentes han comenzado a implementar una política monetaria menos laxa e inclusive han incrementado su tasa de referencia.
Pero también hubo quien recordó que la inflación de Estados Unidos ha permanecido persistentemente baja en los últimos años, por lo que aún está por verse si la recuperación económica incide en esta ocasión en forma sostenida sobre los precios, a lo que se sumó la observación de la mayoría de que la Reserva Federal considera transitorias las presiones inflacionarias en 2021, y por ello no se requerirá de un incremento en la tasa de fondos federales hasta 2023.
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