Robe; guarde para la fianza

De plano como les gusta hacerse güeyes. Y perdón por la expresión tan coloquial, vulgar dirán algunos, pero en el caso de los fraudes y robos al erario cada quien toma su instrumento y toca su melodía. Lo más reciente, lo de moda, Oceanografía, un estúpido fraude a una empresa bancaria gringa, cuya sede central protestó obligando a las cumplidas autoridades mexicanas a intervenir de inmediato.

Estamos hablando de un trinquete que asciende a decenas de miles de millones de pesos, cometido en perjuicio de una empresa paraestatal llamada Petróleos Mexicanos. Pero no es este el delito que se persigue hasta ahora, ni siquiera se investiga. Se pretende la recuperación de cinco mil millones de pesos sustraídos a Citigroup vía Banamex, quejosa y víctima.

En Oceanografía, sabido, estuvieron los hermanitos Bribiesca Sahagún, hijos de la señora Marta, dicen ellos que nunca en calidad de socios, pero sí en calidad de coyotes. Ellos tramitaron y cual corresponde, cobraron comisión por los grades contratos adjudicados a la empresa.

El principal responsable, Amado Yáñez, en evidente maniobra leguleya se hospitalizó y desde allí estructura su defensa. Quedó registrado en el hospital como Juan Pérez, sobrenombre ingenioso y original; en los escarceos iniciales logró que con la módica suma de 80 millones de pesos no lo embotellen.

Por cierto es bueno recordar lo publicado aquí en relación al ex líder del Congreso oaxaqueño: “El señor al que hacemos referencia se llama Bulmaro Rito Salinas. Sí, es su apelativo legal, no es el alias con que lo conocen en las filas de la delincuencia permanente y amparada por un oficio llamado política.
“…es tal la fanfarronería de Bulmaro ´que a voz en cuello alardeaba cuantas veces lo querían escuchar: Mi fortuna es de mil 200 millones de pesos, pero me van a quedar mil porque 200 los voy a utilizar para mi defensa´”.

Y claro, si hacemos cuentas, resulta un gran negocio robar al pueblo vía erario. Si Yáñez evita la prisión por sus delitos en contra de empresas extranjeras que sólo quieren recuperar sus centavos, y de los cinco mil millones de pesos ocupa miserables 80 millones para evitarla, pues no cabe duda que nuestra justicia en lugar de combatir la delincuencia la solapa y fomenta con este tipo de “penalidades”.

Para Citigroup, metido abiertamente en el lavado de dinero como en su momento se demostró –caso del hermano incómodo, Raúl Salinas— las maniobras de funcionarios de Banamex y los pillos de Oceanográfica no tienen mayor significado. Los once señalados como participantes en el fraude sólo fueron despedidos de acuerdo con una versión, pero según otra reubicados. O sea, a la institución nunca le molestaron por decir lo menos, estas irregularidades.

Del tema se cuelgan todos. El Senado formó una comisión que servirá exactamente lo mismo que las otras cincuenta o sesenta que permiten a los legisladores cobros extras sin obligación de trabajar o rendir cuentas ni del dinero ni de la materia para la que fueron integradas.

Para al pastor perredista Miguel Barbosa, el caso Oceanografía es la mejor demostración de la incapacidad del gobierno para combatir la corrupción. Pero se refiere sólo a Pemex aunque sin ahondar. La empresa ha sido motivo de saqueos desde su formación, en los gloriosos tiempos del idealismo patriotero, revolucionario y cardenista. Los líderes llegaron para quedarse pero no como organización gremial, sino como mafia que se adueñó de la vida social y política de las zonas donde opera la institución, el ejemplo más claro es Tamaulipas.

“Este caso representa el procesamiento de un delito que permite que los responsables consigan su libertad, que no se reparen los daños al patrimonio público y que al fin de cuentas no reciban las sanciones que les corresponden; hay total impunidad”, afirmó Barbosa que eludió el hecho de que nada más se investigan los daños contra particulares.

En semanas no muy lejanas se destaparon varios trinquetes en los que los personajes fueron ex gobernadores. Se trata de miles de millones de pesos que después de breve escandalera en los medios, dejaron de interesar. Alguno de esos impresentables sujetos pagó también una modesta fianza para seguir en libertad, mientras otros, caso Granier, practican el refugio de los hospitales.

De eso debería ocuparse Barbosa, ya que en sus manos está poner a trabajar a los indignados perredistas en el Senado. Pero no lo harán porque estarán muy ocupados con el Mundial de Fut.