Cercado por la indolencia y la ausencia de resultados, el gobernador Héctor Astudillo se debate en el epílogo de su mandato, en la falta de dinero. Como si administrar la hacienda pública fuera parte del mismo juego de poder orientado a generar ’los guardaditos’ financieros para cuando todos sus funcionarios y él mismo, se vayan. Emulando el clásico ’Año de Hidalgo’ del nefasto pasado priista. Los ejemplos son visibles.
ESCONDER EL DINERO. – El gobernador Héctor Astudillo no solo enfrenta las mismas crisis que lo persiguieron a lo largo de su mandato, sino que estas tienden al agudizamiento. Sus funcionarios son corresponsables de ello. Hay que ubicarlos: 1.- El secretario de educación, Heriberto Huicochea Vázquez, acaba de admitir de plano, que no tiene dinero para los insumos de aseo y desinfección de las aulas escolares para el próximo regreso a clases. La SEG es la dependencia que recibe más recursos financieros en el presupuesto de Egresos aprobado anualmente por el Congreso local. Y como Heriberto no cuenta con portales de transparencia, se le hace muy fácil decir que ya no tiene recursos. Ni siquiera a pagado la nómina Fone por concepto de derechos de antigüedad a los trabajadores de esa dependencia. Se cree incluso, que no lo hará. Ese hecho obliga necesariamente, a que se le aplique una auditoria a fondo por parte de la Auditoria Superior del Estado (ASE). Y que el Congreso local de mayoría morenista, haga valer esa condición para darle certeza al proceso de entrega-recepción con el gobierno estatal entrante. Porque se entiende que esos recursos ya vienen etiquetados por parte de la Federación. Es claro que el secretario de Educación no está respondiendo con pulcritud ni honradez al actual momento político. Admitir la ausencia de dinero, es el equivalente a reconocer también que, como funcionario público, ha declinado a realizar las gestiones propias de su investidura. Y ya no tiene nada que hacer. Más que renunciar a la dependencia que encabeza. El punto es que el gobernador, con su silencio, está avalando la presumible ’falta de dinero’ de la que se quejó Heriberto. Y se entiende: es uno de sus hombres de más confianza del llamado ’Grupo Chilpancingo’ que fueron de los privilegiados durante todo su sexenio. 2.- El secretario de Finanzas, Tulio Samuel Pérez Calvo, se la ha llevado literalmente ’de a muertito’. Ninguna auditoria lo alcanza. De hecho, es el estereotipo de poder que define a ese tipo de funcionarios con los que nadie se mete. Ni diputados locales ni partidos políticos opositores ni actores políticos disidentes ni del llamado movimiento social. A través de este personaje, todos los ex mandatarios estatales esconden sus propias irregularidades financieras. Es el primer hombre de confianza del gabinete estatal. Una de esas irregularidades la acaba de formular el propio mandatario estatal: se gastó ya más de mil 500 millones de pesos en la contención del Covid-19. Pero los hospitales públicos carecen del material médico necesario para atender a los pacientes. La gente se está muriendo inevitablemente. El secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, debe estar consciente de una situación previsible: como la Secretaría de Salud es en la entidad, la dependencia que maneja el segundo presupuesto con el techo financiero más amplio, se entiende que una auditoria podría alcanzarlo para cuando se vaya. Así como en 2005 alcanzó a los ex secretarios de Salud, Verónica Muñoz Parra —actual diputada local— y Herón Delgado Castañeda, por la emisión de facturas falsas que alcanzaron los 40 millones de pesos. Esa denuncia —y ninguna otra más— fue ventilada mediáticamente por el primer gobernante perredista opositor, Zeferino Torreblanca Galindo, en julio de 2005. Hoy, el Año de Hidalgo se vislumbra en la administración astudillista.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Será este lunes cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitirá presumiblemente, su dictamen sobre la impugnación hecha por el candidato de la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Arcos a la pasada elección de gobernador. Y apareció sorpresivamente en la coyuntura, la investigación por corrupción contra el ex candidato presidencial panista, Ricardo Anaya Cortés, que podría llevarlo a la cárcel. Como si se tratara de un instrumento de negociación política emergente, ante la posibilidad de que el TEPJF le quite dos gubernaturas al Morena.