La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ya entregó a la Cámara de Diputados su propuesta de paquete fiscal correspondiente al próximo año, donde se ratifica que tanto los proyectos de infraestructura como programas sociales impulsados por el gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación, continuarán recibiendo un amplio respaldo financiero.
En su iniciativa establece un techo financiero que asciende a 7.08 billones de pesos, donde destaca el apoyo para sus obras insignias, como incrementar el presupuesto a Petróleos Mexicanos en 12.7% para llegar a 636 mil 281 millones de pesos (mdp), a la Comisión Federal de Electricidad en 7.2% para asignarle 508 mil 291 mdp, pero los incrementos más sensibles serían para el Tren Maya, con 67.2% para llegar a 62 mil 942 mdp, a la Guardia Nacional con 69.8% para sumar 68 mil 825 mdp.
Debido a que la edad para recibir la pensión universal para adultos mayores en áreas urbanas se redujo de 68 a 65 años, el presupuesto para este programa se elevó en 70%.
Para cumplir con estos objetivos, el gobierno federal prevé un crecimiento económico del 4.1% para el próximo año, se propone un aumento de 7.5% en sus ingresos, mediante diversas mejoras recaudatorias, se plantea un gasto de inversión física por casi un billón de pesos.
El gasto programable de Pemex sería 12.7% más que en el 2021, mientras que para la CFE sería de 7.2%, para llegar a 508 mil 281 millones de pesos; para la Secretaría de Salud se pretende otorgarle 27.6% más recursos de los asignados en el presente año; en tanto el gasto federalizado se estoma sería de 2.11 billones de pesos, es decir 4.7% de incremento.
El paquete económico federal anticipa una estabilidad en la política monetaria durante 2022, al calcularse una inflación anual de 3.4% dentro del rango objetivo fijado por el Banco de México , la tasa de interés promedio sería del 5%; el tipo de cambio promedio se pronostica en 20.3 pesos por dólar.
Pero un primer punto a considerar: para alcanzar estos objetivos es necesario cumplir diversas condiciones económicas, como son que la producción petrolera diaria alcance la cifra de un millón 867 mil barriles diarios de crudo –4% arriba de la meta para 2021, fijada en mil 794 millones de barriles diarios en promedio–, aunque la plataforma de exportación de crudo bajará 9.2%, al estimarse en 996 millones de barriles diarios, cuando en el 2021 fue de mil 97 millones.
De suceder alguna contingencia, como podría ser recrudecimiento de la pandemia, sismos, huracanes, caída del precio del petróleo, alguna crisis financiera nacional o mundial, todo este panorama se alteraría significativamente y el gobierno federal deberá estar prevenido.
Pero basta de números que, muy probablemente, no representen algo significativo para las personas que viven al día, a quienes les preocupa tener lo necesario para subsistir día con día, que sufre para cubrir sus deudas y a pesar del discurso oficial de los ’beneficios’ de que los programas sociales llegan a gran números de familias, ellos no reciben ningún apoyo.
También existen algunas propuestas que buscan alentar el ingreso fiscal, como es la creación del Régimen Simplificado de Confianza, el cual sustituiría al Régimen de Incorporación Fiscal y el de actividades agrícolas, para incrementar aumentar la base tributaria y, en consecuencia, incrementar los ingresos fiscales sin aumentar o crear nuevas cargas fiscales.
Entre la baja en la carga fiscal destaca la cancelación del llamado ’impuesto rosa’, es decir el cobro del 16% del IVA a los productos de higiene femenina, como toallas sanitarias, tampones y copas menstruales, donde son las mujeres en situación de pobreza las más afectadas al no poder comprar este tipo de artículos por falta de recursos. Incluso, se calcula que su adquisición representa el 5% del total de sus gastos.
Esta propuesta no es nueva, ya que el año pasado diversos colectivos de mujeres habían impulsado la aplicación de la tasa cero de IVA a estos productos dentro de la miscelánea fiscal, pero fue rechazado. Es de esperar que este año sí sea aprobado.
En fin, estas son las propuestas. Ahora, lo que sigue: el 20 de octubre es la fecha límite para que la Cámara de Diputados apruebe la Ley de Ingresos, mientras que el 31 de octubre es para la Cámara de Senadores; finalmente será el 15 de noviembre cuando la Cámara Baja apruebe el Presupuesto de Egresos para el año próximo.
¿Qué se puede esperar? Para la mayoría de Morena en las Cámaras de Diputados y de Senadores, donde junto con los partidos Verde y del Trabajo, tienen la mayoría simple de legisladores necesarios para avalar sus propuestas, pero ahora con la oposición del PRI, PAN y PRD y, eventualmente Movimiento Ciudadano, no será una tarea sencilla.
Muy probablemente estas propuestas no serán aprobadas tal como han sido planteadas lo cual, por supuesto, no agradará al inquilino de Palacio Nacional, por ello se deberá esperar sus quejas e inconformidades hacía los que califica como sectores conservadores, reaccionarios, ’antipatriotas’, de pretender frenar al gobierno de la 4-T.
Así que se pronostican fuertes debates legislativos, pero todo ello deberá incidir en tener mejores presupuestos de ingresos y egresos federales más adecuados a las necesidades sociales vigentes, sin necesidad de caer en tendencias ideológicas cerradas.
Ojalá y los resultados que se alcances sean positivos para todos los sectores sociales, en especial los más necesitados.