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Obispo de Tlaxcala: No puede haber paz con pobreza


“La cultura de la paz y el respeto a los derechos humanos implican necesariamente la existencia de justicia y condiciones dignas para el desarrollo”.

Obispo de Tlaxcala: No puede haber paz con pobreza
Diciembre 15, 2014 22:02 hrs.
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El Obispo de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón, afirmó que no podremos construir la paz, mientras en México existan millones de pobres, muchos que ni siquiera tienen lo suficiente para alimentarse o acceder a servicios básicos como educación, salud y vivienda.

“La cultura de la paz y el respeto a los derechos humanos implican necesariamente la existencia de justicia y condiciones dignas para el desarrollo”, subrayó a propósito de la reciente conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos.

Moreno Barrón recordó que en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se reconoce que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos.

“En nuestro país estamos pasando por momentos dolorosos que reflejan altísimos niveles de violencia, como claramente se ha ido revelando a partir de la desaparición forzada de los 43 jóvenes normalistas, que nos ha demostrado la corrupción, impunidad o debilidad que impera en las instituciones en sus diferentes niveles, instituciones que no están siendo capaces de salvaguardar la seguridad de su ciudadanía”, argumentó.

El Obispo advirtió que la entidad de Tlaxcala tiene pendientes importantes en materia de derechos humanos, como la violencia que persiste hacia las mujeres, la trata de mujeres para la prostitución, la devastación socio-ambiental, la migración, la transmigración y el riesgo de las semillas originarias ante los transgénicos, entre otros.

Ante ello, recordó que Jesús optó en su misión por dignificar a las personas más vulneradas, a quienes en su tiempo fueron discriminadas y excluidas, por lo que su mensaje sigue siendo un mensaje de paz. “En la actualidad, como seguidores de él, estamos llamados a continuar esta misión, es decir, a ser portadores de paz y reconciliación, reconociendo su rostro sufriente que reclama nuestra solidaridad en las personas que son víctimas de la violación a sus derechos humanos”.

Destacó que Dios no creó a sus hijos para sufrir y para condenarlos a la miseria, sino para que sean felices, para que crezcan y busquen la plenitud. “En tanto no haya felicidad, justicia y paz para quienes nos rodean, debemos ser profetas que denuncien lo que sigue crucificando a la humanidad y que anuncien ese mundo que Dios quiere para nosotros”.

El Obispo Francisco Moreno apuntó que la reciente conmemoración de los derechos humanos no es tan sólo para celebrar los avances que la humanidad ha logrado en esta materia, sino también para revisar los pendientes que existen. “Es necesario que como sociedad conozcamos nuestros derechos, los ejerzamos y los exijamos, pues no han sido graciosas concesiones de los gobiernos, han sido luchas que, desafortunadamente, han costado muchas vidas”.

En su mensaje, se solidarizó con los diferentes movimientos sociales que luchan por reivindicar los derechos humanos. En este orden, rememoró que la Declaración sobre el derecho y el deber de los Individuos, grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales, señala que “toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a promover la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional y a esforzarse por ellos”.

Para concluir, explicó que el ejercicio de este derecho es sumamente importante, “pues, como lo señalamos desde 2007 los Obispos de Latinoamérica y el Caribe, ‘vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática, que en ciertas ocasiones derivan en regímenes de corte neopopulista. Esto indica que no basta una democracia puramente formal, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos. Una democracia sin valores, como los mencionados, se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo’”.

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