Carlos Ferreyra/ | todotexcoco.com

Nuevo periodismo


almomento.mx

Nuevo periodismo
Septiembre 03, 2014 09:09 hrs.
Periodismo ›
Carlos Ferreyra/ › todotexcoco.com

Es cierto, los periódicos en los mejores tiempos del presidencialismo se uniformaban, la nota principal, la de “de ocho”, se la llevaba siempre el mandatario en turno salvo en ocasiones en que algún desaprensivo funcionario de primero o segundo nivel, surgía con alguna declaración espectacular provocando el disgusto de Los Pinos y hasta reclamaciones a los directores de los diarios.
Así era. Poco periódicos se dedicaban a la investigación, pero en afán de justicia habrá que admitir que de acuerdo con sus tendencias ideológicas publicaban informaciones que muchas veces se contrastaban, lo que daba cierta apariencia de diversidad en los medios de difusión.

René Arteaga, uno de los más conocidos y respetados reporteros en la época de Excélsior con Julio Scherer, era respetado por la profundidad de sus investigaciones, nunca se quedaba con el boletín oficial ni con las versiones de los funcionarios a cargo de tal o cual asunto.

Como maestro de periodismo, era riguroso con los alumnos a los que nunca les permitía que lo tutearan, bajo la premisa de que podrían hacerlo cuando alcanzaran su estatura como informadores. O sea nunca. Para hacerlos entender un territorio todavía virgen para los jóvenes pretendientes a periodistas, les ponían ejemplos muy ilustrativos:

Cuando se registró un eclipse total de sol que reunió en la zona del Istmo de Tehuantepec a lo más granado de la ciencia celeste, René, con el que compartíamos el criterio de la objetividad, pero condicionada al compromiso ineludible para los jóvenes, estar a favor o en contra de algo, de alguien, les explicaba la ideología de cada periódico circulante en la ciudad de México.

Para Excélsior, claro, tiempos de vanidad absoluta, “En exclusiva para Excélsior, se ocultó el sol durante dos minutos”. Entendible: su director decía que si no lo había publicado ese medio, la noticia no existía.

El ultra de derecha, El Heraldo, atribuía el ocultamiento del astro celestial a un complot comunista, en tanto que el ruidoso La Prensa advertía sobre el infame crimen cometido con el secuestro del sol y Novedades sugería que con bendición papal y permiso de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana, se había ocultado el sol.

El Sol de México, entonces en manos del coronel García Valseca, simplemente había perdido la nota. No se enteró. Había otros ejemplos más pero viene a cuento porque esa uniformidad que tanto se criticaba en los tiempos del imperio tricolor, regresa ahora, gracias a las llamadas redes sociales.

Sucede que mientras en aquellos lejanos tiempos el periodista tenía que apersonarse en los sitios donde se generaba la nota, actualmente tiene “la herramienta” como le dicen, en las pantallas de su computadora. No es necesario investigar nada, basta con consultar, copiar y pegar.

Esto ha generado que los diarios sean iguales unos a otros y que lo único que los diferencia es la extensión de sus reportajes. Por citar un ejemplo: el caso de la criminal contaminación a cargo de Larrea Mota Velasco, autor de otras gracias similares, la más notoria la explosión en Pasta de Conchos. Los datos son iguales de uno a otros medio, pero hay algunos que dedican dos o más páginas al tema, dando la impresión de que lo trabajan muy exhaustivamente.
Si el lector ha seguido con atención el asunto del Informe de Gobierno de Peña Nieto, verá que los comentarios parecen copias unos de otros. Y que todos coinciden en una sola cosa: ahora hay que instrumentar, ya pasó el tiempo de los planeadores.

Antes, habrá que decirlo, esa uniformidad era consecuencia del trato entre Gobierno y dueños de los medios, a los que perdonaban cada año, religiosamente, los adeudos por incumplimiento con el Seguro Social, los impuestos no enterados, el Infonavit y, en especial, el papel que se asignaba por cuotas y cuyo monopolio estaba en manos de una empresa del gobierno.

Ya no existe eso, pero igual nos vamos con el montón. Como sea, en mi opinión era mejor el viejo periodismo, aunque sin la rapidez ni la gama tan variada de información a la mano. Nostalgias de máquina de escribir, redacción ruidosa, olor a tinta y manejo de papel, el papel con el resultado del trabajo del día.

Ver más


Nuevo periodismo

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.