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El fútbol, mundialmente popular, gran negocio

Jorge Herrera Valenzuela

El fútbol, mundialmente popular, gran negocio
Junio 24, 2014 17:53 hrs.
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El más lucrativo negocio que hay a nivel mundial, es el fútbol. Los empresarios tienen categoría de dirigentes, unos internacionales, otros nacionales y los hay regionales. Están estratégicamente organizados y tienen su propia legislación con la correspondiente reglamentación. Reciben y disponen de miles de millones de euros, de dólares o de pesos, sin tener que rendirle cuentas a nadie. Comercian con los jugadores, en muchos casos casi sin el consentimiento de ellos y aunque suene horrible, los tazan para realizar las contrataciones. Un jugador no puede ejercer su libertad de pensamiento ni de expresión en contra de directivos, de los dueños de los equipos, de los árbitros, cuando se considere afectado en sus intereses o por las medidas disciplinarias o de sanciones aplicadas en el campo de juego.
La extensión del gran negocio abarca una amplia gama y ciertamente es una fuente de trabajo para millones de personas en los cinco continentes. Por ejemplo: la construcción, la remodelación y el mantenimiento de las todas las instalaciones de un estadio requiere de personal permanente y eventual. En esos escenarios hay restaurantes, cafeterías y tiendas, bajo concesión, así como espacios que son alquilados para fiestas. No olvidamos que muchos palcos y asientos son comercializados, incluyendo estacionamiento privado. Toda la publicidad en el interior y el exterior del estadio, es otro importante capítulo de ingresos junto con la comercialización de alimentos y bebidas en graderíos.
Para la operación de las instalaciones se contrata a profesionistas encargados de las tareas administrativas, destacando la de relaciones públicas. Personal para la seguridad, técnicos de diferentes especialidades, así como jardineros y barrenderos, incrementan la nómina. El comercio exterior de playeras, souvenirs, gorras y similares es independiente; lo de bebida y comida informal es de particulares.
El fútbol es una fuente de negocios, de industria y de comercio que abarca desde los contratos que se firman por los derechos para las transmisiones de televisión y radio, la FIFA para los campeonatos mundiales y las federaciones para los torneos locales, hasta todo lo relacionado con las fabricación de playeras oficiales, uniformes, medias, zapatos, petacas, balones. Los créditos o anuncios que aparecen en las camisetas de los jugadores, en los calzoncillos y en las medias, cuestan millones de pesos a los comerciantes, líneas aéreas y de autobuses. Las embotelladoras de refrescos, de jugos y de cerveza, también firman por la exclusividad y eso deja más millones.
La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) tiene un control total y absoluto sobre lo que empresarialmente es el fútbol y es una institución que surgió el 21 de mayo de 1904 en París a iniciativa de siete países, entre ellos Holanda, España y Dinamarca. Su dominio lo ejerce sin interferencia alguna, contando en la actualidad con 209 países afiliados a las confederaciones y federaciones de Europa, de América, de Asia, de África y de Oceanía. Los países que integran la ONU apenas son 192 ó 193. La FIFA tiene una larga historia, pero, el pero que nunca falta, este año y si las cuentas no salen mal después de cubrir todos los gastos y el pago de los millonarios premios a los triunfadores, se dice que la ganancia será de alrededor de ¡cuatro mil millones de pesos! y seguramente las federaciones recibirán una rebanada del delicioso pastel, incluida la que preside el mexicano Justino Compeán.
La FIFA juega con sus propias reglas y sanciona conforme a las mismas, sin considerar si al hacerlo viola derechos individuales, sin que los afectados (los jugadores o las mismas organizaciones afiliadas) tengan oportunidad de impugnar los fallos. México fue eliminado de un campeonato mundial “por sus cachirules”, caso perfectamente justificado; en otro momento varios futbolistas aztecas quedaron en entredicho, porque en unos análisis químicos les apareció clembuterol por haber comido carne de res y FIFA no los sancionó como tampoco lo hizo por los gritos de la porra mexicana que en Brasil 2014 ha hecho popular una palabra que les sonó agresiva, insultante y discriminatoria, percatándose los señores de la FIFA de que no lo es.
El triunfo de México en la primera fase del Campeonato Mundial 2014 representa, para la Federación Mexicana de Fútbol y para los equipos que la integran, varios cientos de millones de pesos, por los conceptos ya referidos. Derrotó la Selección Mexicana a uno de los fuertes contendientes, a otro que no lo fue y empató con el pentacampeón mundial que además es el anfitrión, al que no pocos señalan como aspirante a la corona.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Desaparecidos los futbolistas “llaneros”, porque ya no hay llanos en la Ciudad de México, alguien impulsará a los amateurs que no pertenecen a los clubes que tienen sus llamadas canteras?

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