Araceli Ordoñez Cordero | diarioalmomento.com

De mujer a mujer


No valemos nada?

De mujer a mujer
Marzo 05, 2015 08:59 hrs.
Política ›
Araceli Ordoñez Cordero › diarioalmomento.com

Por qué hemos de hablar sobre la NO sumisión, sobre la verdad del AMOR.
Quizás porque no sabemos o comprendemos ¿Qué es eso que se llama amor? Algo nos grita en las entrañas, tenemos miedo a expresarlo. Por el qué dirán, porque así nos enseñaron nuestros padres; a su vez sus padres y sucesivamente… Porque no sabemos amarnos a nosotras mismas; esto es tan complejo; pero tan necesario. Cuántas veces nos han dicho que no valemos nada, que no somos ni seremos nada ¿Será cierto?
Me viene a la memoria un pasaje en las tragedias de Sófocles donde Áyax dice a su esclava. “Mujer, en las mujeres el silencio adorno es.” Ella sólo asienta con la cabeza y otorga ese poder del que aún en nuestros días la mayoría de hombres lleva como flecha, su trofeo, algo que le demuestre su hombría, esa que muchas de nosotras incentivamos en nuestros hijos desde pequeños, mostrándoles que es algo común, algo normal, correcto, propio del género masculino. Pero, ¿Qué tanto cambiamos cuando alguna hija se casa y es maltratada por el susodicho en cuestión? Entonces nos oponemos a ello rotundamente. Aunque es menester mencionar que no ocurre esto con todas las madres, ya que unas valen madre y otras son todas unas verdaderas madres.
Conozco a muchas que le dicen a su yerno: dale unos buenos golpes a la hija de la chingada (O sea a su hija) para que aprenda, y te respete; con unos buenos aprende. A veces juzgamos por este tipo de conductas a nuestras madres, pero en realidad es algo que a ellas les toco vivir, es parte de su formación, claro que no por ello debemos permitir este tipo de atrocidades. Si comprendemos la urgencia, la necesidad de desterrar de nosotros eso que nos ata y nos subleva a este sin fin de amarguras estaremos un paso adelante.
A quién de nosotros no nos gusta ser tratados dignamente, si cometemos un error creemos merecer una oportunidad, por qué no comenzamos por darla a quien alguna vez nos falló, a ese ser que se equivocó y nos lastimó. A una mujer… Seamos responsables de nuestros deseos y acciones: pensemos por que matar una esperanza, pensemos un poco en nosotros, cuando estuvimos en ese lugar, en un vientre que nos cobijo con amor o con desdén. (Cierto que a veces quisiéramos no haber nacido) Las circunstancias no son las propicias. Pero qué cuando la mañana nos sonríe y nos viste el alma, cuando un suspiro es arrastrado por el viento, que a su vez nos trae el nombre de un alguien. De ese ser que también fue un feto: ¿Y si no hubiese nacido? Claro, como él hay muchos más… Pero… ¿No es eso egoísmo?
Tenemos la aparente libertad a la que convertimos en libertinaje…

Disfrutemos de Eros
que se expresa en nuestra Naturaleza
que embriaga la intimidad de nuestro templo
oficiemos cual Dioses creando
seamos cuidadosos de la semilla
con la tierra donde labramos nuestros días





Araceli Ordoñez Cordero

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