2014, un año gris para la economía mexicana; 2015 pinta igual

El constante problema de inseguridad en todo el país y la marcada debilidad del mercado interno, así como los efectos de una compleja reforma fiscal, se significaron como las principales causas que frenaron el desarrollo de la actividad económica nacional.

A lo anterior habrá que agregar el último trimestre del año de verdadera pesadilla, luego de la estrepitosa caída en el precio del petróleo (hasta llegar por debajo de los 50 dólares por barril para la mezcla mexicana) y a la volatilidad del peso frente al dólar, que llevó a nuestra moneda a escalar la barrera de los 15 pesos por dólar.

Los principales indicadores de la economía mexicana no alcanzaron las metas pronosticadas al inicio de año por las autoridades hacendarias, al grado que la expectativa de crecimiento se fue ajustando cada vez a la baja, mientras que las tasas de inflación y empleo tampoco cumplieron con las metas programadas.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en su comparativo anual llegó a 4.19%, en la primera quincena de diciembre, con lo que acumuló seis meses por arriba del rango previsto por el Banco de México.

De enero a noviembre de este año, la Encuesta sobre las Expectativas Económicas que realiza el Banco Central mostró una clara preocupación de los analistas privados por la inseguridad en el país, situación que se caracterizó como el principal factor que frena el crecimiento económico de México.

Los reportes del INEGI señalan que la economía, medida a través del comportamiento del indicador global de la actividad económica (IGAE), no ha reportado avances significativos, por lo que la tasa de crecimiento anualizada será de entre 2 y 2.2 por ciento, expectativa que comparten los principales analistas financieros.

Bajo tales expectativas, el futuro de la economía mexicana para el próximo año resulta por demás incierto, pues aun cuando las autoridades mexicanas consideran que 2015 será el año de la reactivación, debido a los efectos de las reformas estructurales, lo cierto es que la volatilidad que viven los mercados financieros y el aumento en las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), podrían complicar el panorama.

Entre las principales recomendaciones de los analistas destaca la necesidad de que las familias eviten endeudarse y tratar, en la medida de lo posible, ahorrar y tener un mayor control en la administración de sus recursos.

Y es que la evolución de la economía mexicana seguirá dependiendo en buena medida del dinamismo que mantenga la economía de Estados Unidos, aunque esto no será suficiente para lograr el ritmo de crecimiento que se requiere para beneficio de los hogares.

En lo interno, se debe consolidar lo más rápido posible un entorno en el que, además de propiciar un repunte de la actividad productiva, se genere un ambiente de seguridad para el desempeño de cualquier actividad económica.

Ello implica frenar la inseguridad, eliminar la corrupción y la impunidad, y fortalecer el Estado de Derecho, ya que la construcción de instituciones sólidas y eficientes contribuye al bienestar de la población y a un mejor desempeño de la economía en general.

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