Violencia fronteriza

Los enfrentamientos en la frontera norte entre trabajadores migratorios con la Border Patrol estadunidense se suman a las de los grupos de autodefensa en Michoacán y a los de los maestros disidentes con los granaderos en la ciudad de México, y aunque se puede decir que son hechos aislados y focalizados, la realidad es que tienen el mismo origen.
Es el mismo origen que mueve al Frente Popular Francisco Villa que bloqueó siete puntos en el Periférico o los alumnos de una secundaria de Tlalpan, los hechos de violencia en Guerrero y en Oaxaca, con un denominador común que es la profundización de las desigualdades sociales originadas por la falta de empleo, de ingreso y de acceso a las aulas en cualesquiera de sus modalidades.
Las grandes empresas trasnacionales acaparan desde la materia prima hasta la totalidad del mercado, los medios de transporte y la comercialización, haciendo a un lado a los productores y a los pequeños empresarios y comerciantes que, arrasados, salen de la competencia para irse de empleados con magros ingresos y nulas prestaciones sociales; las instituciones de educación media y superior –sin olvidar la educación básica- están saturadas.
Y cuando se logra acceder a la educación y graduarse, las oportunidades en el mercado laboral son escasas y cuando hay, los salarios son tan irrisorios que los que obtienen los vendedores ambulantes son superiores a los de los profesionistas motivo por el cual los vagoneros pululan en el Metro sin ningún control porque la necesidad de sobreviviencia rebasa cualquier medida disciplinaria para someterlos.
De ahí que las demandas de vivienda, educación, salud, empleo e ingreso empujen a miles de ciudadanos a protestas en las calles, esto sin olvidar la creciente delincuencia que también tiene su origen en la desigualdad social y que hace que en el país no se encuentre un espacio para vivir en tranquilidad, y que todo esté contaminada por la inseguridad. Y si bien las reformas que se impulsan en el Congreso prometen un futuro mejor, lo cierto es que éstas sólo benefician a los que más tienen, no a los que menos tienen.
Los brotes de violencia en el país, aunque parezcan aislados, requieren de una solución de alto contenido social.
TURBULENCIAS
Medidas insuficientes en el Metro
Al director del Metro, Joel Ortega, le haría bien recorrer y conocer las estaciones del Metro en horas pico. Si bien algunas medidas para dosificar su ingreso son adecuadas, éstas son insuficientes ante la gran avalancha de usuarios. Resulta ilógico que dejen llegar hasta las puertas de los vagones a miles de pasajeros que rebasan la capacidad de los mismos. Si en un vagón caben 100 pasajeros, no se explica porque dejan pasar hasta ellos 300 con angustia, desesperación e irritación entre los que salen y los que entran, provocando riñas entre unos y otros. Debe Joel Ortega conocer en el terreno de los hechos la realidad del Transporte Colectivo y no simular encuestas alejadas de la vida cotidiana capitalina, porque si bien los pasajeros estarían dispuestos a pagar dos pesos más por el Metro, requerirían menos ultrajes y atentados a la dignidad humana…La imposición de una reforma constitucional para privatizar Pemex y la CFE podría llevar a una revuelta social nacional en contra del Gobierno de la República y sus instituciones, sería la “madre de todas las protestas” sociales y políticas, advirtió el senador del PRD Benjamín Robles Montoya…
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