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La política me da risa

Si te están calumniando ¿Por qué no los demandas?

Yazmin Alessandrini

Si te están calumniando ¿Por qué no los demandas?
Febrero 28, 2024 02:20 hrs.
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Todo aquel que publique, difunde y transmite información que no le alabe, ensalce o elogie es un calumniador, un difamador, un mentiroso
* El Presidente le ha declarado la guerra a la ‘mafia del periodismo’ nada más en sus mañaneras

* Filtrar el número del teléfono personal de Natalie Kritoeff no sólo fue un exceso… ¡fue una bajeza!

* El periodismo profesional no tiene nada que ver con youtuberos aduladores aplaudidores

VULGARIDAD.- Todo aquel que publique, difunde y transmite información que no le alabe, ensalce o elogie es un calumniador, un difamador, un mentiroso. Ese es el rasero con el que siempre ha medido Andrés López Obrador a aquellos medios de comunicación o periodistas que le son ’incómodos’.
Ese es el criterio que rige el diario proceder del Presidente de la República, quien desde su patíbulo mañanero se erige en el juez y el verdugo de todos aquellos que osan criticarlo y exhibirlo.
Y sus venganzas son excesivas porque no es capaz de calcular y reflexionar sobre las consecuencias de sus represalias. Para él es muy fácil filtrar el número telefónico personal de la reportera Natalie Kitroeff (empleada del ’The New York Times’) y dejar que sus hordas de iracundos defensores ’se encarguen del resto’.
Porque, al final del día, esa fue la intención con la que filtró el número del teléfono de la comunicadora: Enardecer y enervar la psique de algún desquiciado que se tome como personal la cuestión de que la reportera haya publicado una información que, más allá de ser verdadera o falsa, no le agradó al Primer Mandatario.
’¡Ah!, como publicaste algo que no me gustó ahora te las tendrás que ver conmigo y mis coléricos fanáticos’. Ese es un razonamiento sumamente grave que alcanza un matiz dramático si consideramos el contexto de que en el presente sexenio en este país han sido asesinados 47 periodistas quienes para la autoridad son sólo un número o una estadística.
EL QUE CALLA, OTORGA.- En México la difamación y la calumnia están tipificados.
Cualquier individuo, incluido el Presidente de la República, tiene el derecho de acudir a las instancias correspondientes a denunciar a aquellos que considere le están haciendo víctima de un delito de honor.
En la Presidencia existe un poderoso equipo jurídico que puede demandar a quien considere esté ofendiendo al Primer Mandatario.
Sin embargo, López Obrador jamás (en lo que va de su gestión) ha dispuesto denunciar ante las autoridades a aquellos que con mentiras y calumnias han ’manchado su honra’: Carlos Loret de Mola (Latinus); Jorge Ramos (Univisión); el dos veces ganador del Pulitzer, Tim Golden (ProPublica); Elena Chávez, con su libro ’El Rey del Cash’ (Grijalbo); Anabel Hernández; Carmen Aristegui; Ricardo Alemán (’La Otra Opinión’)… el etcétera es kilométrico y ninguno, absolutamente ninguno, ha sido demandado para responder por sus dichos y publicaciones.
En lugar de sentar un precedente en materia jurisprudencial y poner en paz a estos supuestos ’calumniadores profesionales’, el Presidente ha preferido dejarlo todo en el terreno circo de tres pistas del cual sólo ha sacado raja mediática con sus exabruptos mañaneros: Ellos me dicen-yo les digo, son la mafia del periodismo-tengo autoridad moral, mi plumaje no se mancha… Y hasta ahí.
Para decirlo en los términos beisboleros que tanto le gustan: Sólo juega para la tribuna.

FORMA ES FONDO.- Aquí también vale la pena destacar que los medios y los periodistas a los que el Presidente López Obrador les ha declarado la guerra no tienen nada que ver con los Youtubers e Influencers que tanto le aplauden y le celebran.
En Latinus, en Univisión, en ’The New York Times’, en ’The Washington Post’, en ProPublica, en Deutsche Welle, en Grijalbo y en Random House, sólo por mencionar algunos, resulta que los redactores y reporteros no se pueden ir por la libre con respecto a lo que publican.
Ahí, en esas empresas editoriales, cuentan con organigramas jerárquicos perfectamente bien definidos en los que hay jefes de redacción, jefes de información, editores, muy robustos equipos legales y hasta investigadores privados que a diario se encargan de revisar letra por letra, punto, por punto, párrafo por párrafo, palabra por palabra, lo que se va a decir y a publicar. Todo tiene que ir perfectamente cotejado y referenciado. Jamás se van a dar el lujo de arriesgarse a que les lluevan demandas millonarias. Y la corroboración de las fuentes es tema de otra colaboración.
Contacto.- @yalessandrini1 (Twitter X)
www.lapoliticamedarisa.mx
alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

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