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Perfil de México

Se fue el gran Porfirio

Armando Ríos Ruiz

Se fue el gran Porfirio
Julio 10, 2023 20:19 hrs.
Política ›
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Ayer, los medios dieron cuenta de una noticia realmente sensible: la muerte de Porfirio Muñoz Ledo, uno de los hombres más polémicos en los medios políticos mexicanos, destacado por su clara inteligencia, por su amplia cultura, por sus ocurrencias prestas para mover la risa de sus amigos, por su tino en las decisiones importantes para los mexicanos y por muchos otros atributos.

El historiador José Iturriaga, uno de tantos maestros suyos, solía decir que sin duda, era uno de los alumnos más brillantes entre los muchos que desfilaron en el andén de sus enseñanzas, junto con Carlos Salinas de Gortari.

Porfirio fue un longevo aportador en la política mexicana, con una luz gigantesca, estirada hasta casi cumplir 90 años de edad, con una lucidez particularmente sana.
En su biografía forman parte innumerables concursos de oratoria en los que participó como juez y como aliento de los que buscaban el título de campeón nacional e internacional.

En esos certámenes que anticipaban la futura actividad de los participantes, muchos de los cuales habrían de convertirse en políticos muy destacados y en cuidadosos tomadores de decisiones en la vida del país.

Muy joven, él mismo pudo mostrar sus dotes de orador de primera línea, cuando El Universal, el medio que tradicionalmente dio preferencia a estas lides del buen decir, convocó a una velada en la Facultad de Derecho de la UNAM, el 5 de julio de 1953, en la que participó como orador el futuro político, ganador ya de un campeonato internacional de oratoria y entonces aún estudiante.

Lo conocí hace muchos años. Antes de que mi hijo incursionara en un campeonato intercolegial en el arte que expongo, en el Centro Universitario México, o mejor conocido como CUM, en donde junto con Diego Fernández de Cevallos, también ex campeón nacional y otros destacados oradores, formó parte del elenco de sinodales que le dieron el triunfo.

Tuve oportunidad de saludarlo durante la administración de Vicente Fox, en los Pinos, cuando el Primer Mandatario habló de lineamientos para el Plan Puebla Panamá. Cuando terminó el evento nos saludamos y me dijo: ’vámonos a la inauguración del tema que sigue’.
’¿Hay más?’ Le pregunté y me respondió: ’¡Claro y está mejor que éste! ¡Ahora vamos a la inauguración del Clan Colima Colombia…!’ Todos los que escuchamos reímos por la puntada.
En otra ocasión, un periodista en la Cámara de Diputados me pidió compañía para entrevistar al gran político, quien disponía de una oficina gigantesca, en la que también despachaba el desaparecido, excelente amigo y paisano guerrerense, igualmente diputado, Cuauhtémoc Sandoval. Después de un abrazo me preguntó: ’¿En qué puedo servirte?’.

Le dije que sólo acompañaba a mi amigo, quien tenía cita para entrevistar a Porfirio. Me invitó: ’te acompaño. Sirve que te presento con él. Cuando entramos a la gran oficina, Porfirio se incorporó y me saludó también con un gran abrazo, al tiempo que preguntaba por mi hijo.

Le dije de broma que quiso reprobarlo en el concurso y de inmediato contestó. ’¡No señor! ¡Fui el primero en reconocer que su triunfo era indiscutible!

Su gran trayectoria abarca diversas actividades, como político y como maestro en varias universidades del país y de Francia, lugar éste en el que también realizó estudios de postgrado, como Derecho Constitucional y obtuvo el doctorado. Posteriormente, impartió clases aquí mismo.

Se apagó la luz de una vida fecunda a escasos días de cumplir 90 años, que se antojan pocos para quien aportó enseñanzas invaluables a las generaciones que encontró a su paso y a quienes quieran aprovechar este abrevadero de conocimientos, plasmados en sus disertaciones escritas y en las verbales, que de todas maneras forman parte de los recordatorios sobre su figura, en libros y en medios de información nacionales y extranjeros.

Mi pésame más sensible a la familia.
ariosruiz@gmail.com

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