Respaldo político

La protección política que el gobierno federal brindó a la administración de Ángel Aguirre en Guerrero está fuera de toda duda. Pero no se conocía la magnitud del apoyo que, por lo visto, cubre todos los ámbitos.

Ángel Aguirre fue senador por el PRI en la bancada anterior a la actual. Fue siempre, incondicional del entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Quiso ser candidato del PRI al gobierno de Guerrero y participó en la contienda interna en contra de Manuel Añorve.

Aguirre fue derrotado y por supuesto, se inconformó con el resultado. Y con el respaldo político del mandatario mexiquense, se lanzó a luchar en contra del PRI como candidato del PRD.

Con acuerdos políticos con el GDF de Marcelo Ebrard y el aparato político del Estado de México, Aguirre alcanzó la victoria. Y se convirtió en el cacique de su entidad. Dueño de vidas y haciendas.

Y por supuesto, la única voz en la entidad. Y cuando el PRI recuperó la Presidencia de la República, nada en Guerrero sucedía sin que el gobernador lo quisiera.

El PRD se entregó en sus brazos. Los respaldos que llegaban desde el gobierno local cubrían mucho de lo que ya no sucedía con el gobierno del Distrito Federal. Y el apoyo federal aumentaba al paso de los meses.

Enrique Peña Nieto llevó a la Cruzada Contra el Hambre a tener un segundo despegue en Guerrero. Y en Iguala se planteó todo el ambicioso programa “Nuevo Guerrero” que contemplaba una inversión multimillonaria con objetivos de gran impacto.

Pero Aguirre decidió tener el control de todas las decisiones. Y chocó con parte del gobierno federal. Pero mantuvo el control.}

Hasta que el septiembre pasado estalló todo el problema de los normalistas de Ayotzinapa.

No obstante, el gobierno federal le brindó respaldo. Pidió tiempo para resolver las cosas, y se lo dieron. Prometió resultados y lo que hizo fue simplemente crear espacios para su protección. El titular de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, le demandó que vigilara a los Abarca para que no se dieran a la fuga, y no cumplió con el encargo.

Pero la alianza política se mantuvo. La investigación federal sobre lo sucedido en Iguala no lo ha tocado. Los problemas de los Abarca con el narcotráfico no lo alcanzan. Y la fuerza dentro del PRD se mantiene.

El PRD le pidió al senador Armando Ríos Piter que negociara el futuro con Aguirre para que su candidatura al gobierno estatal se concretara. El legislador se negó, pero la fuerza de Aguirre se mantiene igual. Y por lo visto, el respaldo federal también.

Ahora, el PRD no tiene decididas las candidaturas en Guerrero. Pero ya apareció como “aspirante” a la nominación en Acapulco, Angel Aguirre jr. La burla absoluta.

El problema político de Guerrero pasa por la evidente corrupción creada por Angel Aguirre que utilizó los compromisos políticos con el gobierno federal para consolidar su poder. Y esa protección queda de manifiesto con la aparición de su hijo como candidato a la candidatura en el municipio más importante de Guerrero.

La sumisión del PRD no puede ser más evidente. El control político de Aguirre en la entidad es obvio. Colocar a su hijo como candidato en Acapulco pone en claro su manejo de las decisiones.

Y no puede dudarse de la protección federal.

Y además, con todo esto, salta a la vista el hecho de que, sea quien sea el candidato del PRD al gobierno del estado, los “acuerdos sobre el futuro” que Ríos Piter no quiso firmar, será el eje de las decisiones.

Ángel Aguirre entregó el poder sólo en la forma. El control real sigue en sus manos. Y mucho de lo que se vive actualmente en el estado no es más que la forma de demostrar que, en la práctica, el gobernador sigue siendo él.