El Vaticano estudiaría, si fuera el caso, la posibilidad de que los sacerdotes pudieran contraer matrimonio. Ante las muestras a favor que se han suscitado en diversas partes del mundo, incluida Roma, asiento de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. El Papa Francisco, en su viaje de regreso de Jerusalén, ante la pregunta concreta de que si los clérigos podrían dejar el celibato, fue preciso: “el celibato no es un dogma sino una norma de vida”. Añadió que la puerta está siempre abierta para “eventuales cambios”. Vaya que puede ser modificada. Porque nunca se ha escondido que el celibato (soltería, libertad, misoginia, castidad, mocedad), es una cuestión de disciplina que la iglesia encuentra saludable. Es un testimonio de los sacerdotes. Pero nunca una prohibición. Es obvio, según Carlos Aguilar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla, que esa norma puede ser modificada porque hay disponibilidad a cualquier planteamiento. Dijo que “abre la posibilidad, si bien no de forma inmediata,, de que los sacerdotes católicos puedan contraer nupcias con la autorización de la Iglesia de Roma”. El celibato es una ley eclesiástica establecida desde el Siglo IV. Pero no proviene del Evangelio, ni del nuevo testamento. Por ello, puede ser cambiada. El sucesor de San Pedro está dispuesto a escuchar cualquier planteamiento sobre el tema, porque las leyes están en mano de los legisladores y las de la Iglesia en manos del Santo Padre. No debemos perder de vista que los clérigos lo aceptaron en su consagración. Pero, como todas las leyes humanas, puede ser variada. Sobre todo cuando Francisco sabe que existe un antecedente con la iglesia anglicana. Esta al separarse de la católica, sus sacerdotes pudieron contraer nupcias y tener familia. Al regresar al seno de Roma, fueron aceptados bajo la advertencia que no podrían aspirar a cargos superiores: obispos, arzobispos, cardenales y mucho menos ser Papa. Falta, por supuesto, que el tiempo y la vida, determinen lo conveniente para curas y feligreses. Y que se acepte por todos. Así de simple parece.
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