Continúa Peña Nieto mirando “fuera de la realidad” en caso Iguala: The Economist

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Continúa Peña Nieto mirando “fuera de la realidad” en caso Iguala: The Economist


La propia ética política de Peña Nieto está en duda por escándalo de la Casa Blanca, señala

Continúa Peña Nieto mirando “fuera de la realidad” en caso Iguala: The Economist
Noviembre 28, 2014 22:43 hrs.
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CIUDAD DE MÉXICO, (Al Momento Noticias).- El semanario británico The Economist criticó severamente el mensaje emitido el jueves por el presidente Enrique Peña Nieto, a raíz de los acontecimientos en Iguala, y consideró que “al no reconocer ninguna responsabilidad por la crisis, y al no cuestionar a la totalidad del sistema político para limpiarlo, pudo haber perdido una oportunidad de cambiar la marea (en contra) de la opinión pública”.

En un editorial publicada el mismo jueves, señaló que después de dos meses de protestas para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en las que incluso se ha pedido su renuncia, el mandatario anunció 10 medidas contra la inseguridad y para fortalecer el Estado de Derecho en México, las cuales han quedado lejos de las expectativas.

Dijo que aunque “anunció varias iniciativas para combatir la corrupción y mejorar la transparencia, existen dudas generalizadas sobre qué tan efectivas serán”.

La publicación británica cuestionó el hecho de que Peña Nieto no haya “reconocido el estado de ánimo” de los mexicanos: “el presidente hizo a un lado la responsabilidad federal (…) Ahora corre el riesgo de seguir mirando fuera de la realidad, como ha venido haciendo desde que comenzó esta crisis”.

La crítica de la revista se hizo eco de las que se escucharon el mismo día en México. Las medidas anunciadas, en opinión de la revista, se concentran en los municipios pero no apuntan hacia los estratos más altos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

“Se hizo a un lado la responsabilidad del gobierno federal para permitir que las bandas de narcotraficantes sigan actuando rampantes en el interior del país, a pesar de que este tipo de delitos son de carácter federal, no local.

“No hubo cambios en el gabinete para reconocer en los hechos que el gobierno estaba reconociendo el costo político de sus fracasos”, consideró la publicación que, en anteriores ocasiones, había sugerido incluso un cambio de funcionarios en la Secretaría de Gobernación con personajes como Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados.

La revista considera que, aunque “el presidente anunció varias iniciativas para combatir la corrupción y mejorar la transparencia”, el problema es que sigue habiendo “duda generalizadas” sobre la eficacia de las mismas.

Esto porque las medidas del presidente “van a tener que pasar por un Congreso plagado de conflictos de interés, entre otras cosas porque los políticos tienen que pagar montañas de dinero ilegal para ser elegidos”.

La publicación británica resaltó que la crisis de la administración de Peña Nieto se agravó luego de la publicación de un reportaje de Aristegui Noticias, que llevó a la esposa del presidente, Angélica Rivera, a reconocer que mandó construir una mansión en las Lomas de Chapultepec con una inmobiliaria propiedad de Grupo Higa, empresa que formó parte del consorcio al que el gobierno mexicano entregó y revocó después la licitación para construir el tren rápido México-Querétaro.

Al respecto, The Economist mencionó que “la propia ética política de Peña Nieto ha sido cuestionada debido al escándalo causado por la intención de su esposa de comprar una casa con una inmobiliaria que ha obtenido numerosos contratos públicos. Eso hace que sea más difícil para él dar ejemplo”.

Asimismo, citando el texto de Miguel Pulido, director de Fundar, The Economist mencionó que “hay un largo proceso de descomposición en diferentes campos de la sociedad mexicana y sus instituciones”.

La desaparición de los normalistas ocurrió el 26 de septiembre pasado, luego de ser atacados y secuestrados por policías municipales de Iguala que, ayudados por los de Cocula, presuntamente entregaron a los estudiantes a integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos.

De acuerdo con la versión oficial, hay “indicios” de que los 43 jóvenes fueron asesinados e incinerados. Desde entonces, miles de personas en México y el mundo han protestado para exigir justicia en este caso.

“Algo en el estado de ánimo del país ha cambiado desde la desaparición de los normalistas. Es como si el pueblo hubiera vislumbrado una conexión siniestra entre los barones de la droga que secuestraron a los estudiantes y toda la clase política, y los viera como dos caras de una misma moneda marcada con tres palabras: la corrupción, la ilegalidad y la impunidad. Esto puede ser excesivamente cínico.

“Pero al no reconocer siquiera ese estado de ánimo, Peña Nieto ahora corre el riesgo de seguir mirando fuera de la realidad, como ha venido haciendo desde que comenzó esta crisis”, subrayó The Economist.

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