Sufragio efectivo, no reelección

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Sufragio efectivo, no reelección


La permanencia en el poder de Díaz y sus consecuentes reelecciones, habían alertado desde antes a Madero, quien escribió en 1908 La Sucesión Presidencial (edición partidaria de 3 mil ejemplares) pero llegó a su límite con la última contienda en la que también Díaz se alzó como vencedor.

Sufragio efectivo, no reelección
Noviembre 19, 2014 16:26 hrs.
Periodismo Estados › México Ciudad de México
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Ciento cuatro años se cumplen el 20 de noviembre, de la fecha que fijó Francisco I. Madero, para que estallara la Revolución. Y de que hizo un llamado a los mexicanos a recobrar su dignidad y deponer al tirano. La consigna se apoyaba en dos principios, Sufragio Efectivo No Reelección contenidos en ElPlan de San Luis promulgado el 5 de octubre de 1910. Cuando se profundiza en estos momentos sobre las causas que tienen levantados a grandes núcleos del pueblo de México, una de ellas es el primer principio que pocas veces se ha cumplido. Ha sido un sistema que ha violentado permanentemente la causa principal que provocó el levantamiento armado y la muerte de miles de mexicanos. Un dictador se había aferrado al poder, como ahora lo hacen otros grupos.

Quien ha visto y vivido en multitud de ocasiones los fraudes electorales, la compra de votos, las corruptelas llevadas al máximo para hacerse del poder, entienden lo que sentía el posteriormente llamado Apóstol –y mártir- de la Democracia cuando firmó y corrigió el famoso mecanoscrito original en una cárcel de San Antonio Texas para convocar a la nación a levantarse en armas y derrotar a Porfirio Díaz. Quizá muchos sintieron lo mismo cuando se cayó el sistema en 1988 y se cambiaban los votos a escondidas para darle el triunfo al perdedor Carlos Salinas. Y cuando, atónitos, presenciaron el fraude público que fraguaron Vicente Fox y Felipe Calderón, para robarle al triunfo a Andrés Manuel López Obrador. Miles de fraudes han pasado por los ojos de los mexicanos y eso queda en la conciencia de quienes hoy, acumuladas muchas cosas, protestan, gritan y exigen justicia.

La permanencia en el poder de Díaz y sus consecuentes reelecciones, habían alertado desde antes a Madero, quien escribió en 1908 La Sucesión Presidencial (edición partidaria de 3 mil ejemplares) pero llegó a su límite con la última contienda en la que también Díaz se alzó como vencedor. Madero contendió para la presidencia por el Partido Nacional Antireeleccionista. El Plan de San Luis, que se conoce sobre todo en facsimilares, (la primera edición la hizo el gobierno del Distrito Federal en 1932) contiene una promesa central: restituir a los campesinos las tierras que les habían sido arrebatadas por hacendados depredadores en las que se alzaba, como ave de rapiña, la tienda de raya. Si se analizan los datos oficiales de hoy en día, no hay mucha diferencia en pobreza, analfabetismo y saqueo. El mencionado es un documento breve, que pone en el centro las posturas personales de Madero – quien tenía “la virilidad del patriota dispuesto a sacrificarse”, cosa que realmente ocurrió- frente a los grandes problemas del país abandonados por el Porfiriato; consta de once puntos y cuatro incisos, donde a partir de la presidencia provisional que asume públicamente Madero, se plantean cuestiones operativas, legales, administrativas y financieras de emergencia.

El prócer especifica la situación que tendrán Díaz y sus militares, así como la de los voluntarios que se unan a la causa y llega incluso a diferenciar a los revolucionarios, “con un listón tricolor en el tocado o el brazo”, colorcitos que sin duda alguien se apropió, como puede verse. El extraordinario escrito que conmocionó al país, advierte de salvar a la patria del porvenir sombrío que le espera, si continúa el estado de cosas.

Y cierra con su famoso epílogo, vigente en todo momento:

“Ciudadanos, no vaciléis, pues, es momento de tomar las armas y arrojar del poder a los usurpadores, recobrar vuestros derechos de hombres libres y recordar que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron, invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria. SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCIÓN. 5 de octubre de 1910”.

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