La semilla del Diablo

Gregorio Ortega Molina/almomento.mx

Gregorio Ortega Molina/almomento.mx | todotexcoco.com

La semilla del Diablo


No debe perderse de vista que si, a consecuencia del dos de octubre de 1968, se cerraron las armerías y el país se despistolizó, hoy está más armado que nunca.

La semilla del Diablo
Noviembre 14, 2014 14:30 hrs.
Política Estados › México Ciudad de México
Gregorio Ortega Molina/almomento.mx › todotexcoco.com

¿Qué ocurre entre el gobierno y la sociedad, para que ésta descrea de cualquier declaración política, de todo anuncio, de toda verdad salida de las bocas de los representantes del Estado?

Lo que sucede dista mucho de ser tan truculento como la novela de Ira Levin aunque, como recién declaró el pontífice Francisco, el Diablo sí existe; tampoco es asunto de conspiraciones, conjuras y complots, sino de una reacción natural al constante abuso de poder, a la corrupción y la impunidad, al incumplimiento del mandato constitucional y del discurso político, a la ausencia de procuración y administración de justicia, a tanta humillación provocada por el hambre, mientras millones de mexicanos ven con pasmo e indignación cómo un pequeño, pequeñísimo número de sus compatriotas se enriquece desmesuradamente, sin explicación ni justificación alguna.

La reacción de los agraviados escala. Si al inicio se incubó el rencor social, hoy empollan una mezcla de odio y desprecio -la semilla del Diablo, pues-, que fácilmente puede traducirse en más violencia, cruel y despiadada, en decisión de sumarse a cualesquiera de los grupos armados que hay en el país, ya sea clandestinos o disfrazados de autoridad rural o policía comunitaria.

No debe perderse de vista que si, a consecuencia del dos de octubre de 1968, se cerraron las armerías y el país se despistolizó, hoy está más armado que nunca, gracias a la guerra contra el narco y a la necesidad gubernamental de que la sociedad colabore y se defienda ella misma, porque las fuerzas del orden están coludidas, o son incapaces de defender cualquier cosa.

De lo adecuado o inadecuado de la respuesta gubernamental a la desaparición forzada de 43 alumnos de la escuela normal rural de Ayotzinapa, dependió el futuro inmediato de la nación, el éxito de un proyecto modernizador, los beneficios o perjuicios de la globalización, el triunfo o descalabro del crecimiento del PIB, de allí que el Poder Ejecutivo en pleno pareciera pasmado, pues sabe lo que trae en juego la verdad oficial de lo ocurrido con esos 43 muchachos que no regresarán.

El odio es asunto a considerar, porque en política social y electoral es la única, verdadera semilla del Diablo, la que puede favorecer que en mujeres y hombres germine la necesidad de satisfacer en cruenta venganza los agravios padecidos durante décadas de corrupción e impunidad.

Ver más