BUHEDERA: Richmal Crompton

Guillermo Fárber/

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BUHEDERA: Richmal Crompton

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BUHEDERA: Richmal Crompton
Julio 11, 2014 10:01 hrs.
Periodismo Estados › México Estado de México
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Dos son los principales culpables de que yo te atosigue hoy, queridolectora, con mis ocurrencias: Emilio Salgari y Richmal Crompton, con sus personajes emblemáticos Sandokan y Guillermo, respectivamente. Del trágico Salgari he conocido cientos de lectores; de la Crompton, después de medio siglo de soledad, acabo de conocer a Pedro, el primer colega de esa lectura que ya me había resignado a considerar un vicio solitario de adolescencia, con libros comprados a $5 en la librería Carrasco de Mahatlán (a la que nunca agradeceré lo suficiente esta insólita oferta). ¿Quién fue esa firma que yo siempre vagamente creí seudónimo? “ (1890-1969) fue una escritora inglesa, especializada en libros infantiles y narraciones de terror. Formó parte del movimiento sufragista de su juventud. Fue profesora hasta que contrajo poliomielitis, perdió el uso de la pierna derecha, dejó la enseñanza, usó bastón y se dedicó por entero a escribir. En 1919 había creado ya a su famoso personaje Guillermo Brown, protagonista de treinta y ocho libros de relatos infantiles de la saga Guillermo el Travieso que escribió hasta su muerte. También escribió 41 novelas para adultos y nueve libros de relatos no juveniles. No se casó nunca ni tuvo hijos, aunque fue al parecer una excelente tía para sus sobrinos. Es justamente célebre por una larga serie de libros que tienen como personaje central a Guillermo Brown. Se trata de relatos de un estilo deliciosamente irónico, que reproduce muy bien el habla de los niños entre once y doce años y en los que Guillermo y su pandilla, ‘Los Proscritos’ (Enrique, Pelirrojo, Douglas y el perro ‘de raza revuelta’ Jumble, más ocasionalmente una niña llamada Juanita) ponen continuamente a prueba los límites de la civilización de la clase media en que viven, con resultados, tal y como se espera, siempre divertidos y caóticos. El enemigo está representado por sus padres y hermanos mayores Roberto y Ethel, el mundo adulto en general y los niños pijos, ultracorrectos e hipócritas como Humbertito Lane. El humor surge en la disparidad de opinión entre ambas partes, cuyas ideas respecto a lo que constituyen la educación y la conducta razonable, sean cuales sean, no tienen nada en común. Otro valor de la serie es el primoroso estilo literario en que está compuesta, caracterizado por una más que fina ironía y cierto costumbrismo genuinamente inglés que nos descubre una Inglaterra de cottages con cobertizos, pérgolas, té a las cinco y fieros labradores, y una infancia primorosamente descrita en toda su intensidad. Tampoco falta la sátira social, representada en los nuevos ricos, los señores Bott (enriquecidos con la salsa Bott) y su hija Violeta-Isabel, quienes imitan los modos de la alta sociedad inglesa, con resultados catastróficos cuando Guillermo se interpone. Los valores y tópicos de su tiempo son también reflejados y criticados (las sociedades bíblicas, los movimientos por la temperancia, los autores pedantes, etc. etc.) y como es de imaginar, caen víctimas de la ingenuidad de Guillermo, que es incapaz de salir de la interpretación literal de cualquier tema. No se escapan a la serie otras preocupaciones de su tiempo, como los niños pobres, hijos de las masas obreras del East End londinense, con los que Guillermo entra en contacto durante sus viajes a Londres o cuando éstos visitan el campo para disfrutar de la naturaleza. Es muy posible que la causa sea, según escribe uno de los admiradores de esta escritora, el filósofo Fernando Savater, que la represión de los niños durante la España franquista los identificara por eso con la postura rebelde y anarquista de Guillermo Brown. Igualmente, el escritor Javier Marías declaró que se sintió impulsado a escribir con la lectura de, entre otros, los libros de Guillermo. Entre sus aficionados se encontraba un joven John Lennon, quien siendo niño se sintió: Del todo identificado con la rebeldía de Guillermo, su audacia, su sentido del humor, los vuelos de su fantasía, su necesidad de ser siempre el jefe pero siempre tener compañeros, sus acciones generosas y compartidas por igual, su propensión a los errores de ortografía hilarantes y a los errores de pronunciación, e incluso su preferencia por los pieles rojas sobre los vaqueros y la adicción a tocar la armónica. La larga saga de Guillermo Brown se tradujo a otras lenguas y fue adaptada a la televisión; en 1969 la prensa británica calculaba que ya las ventas de los libros de Guillermo en el mundo habían alcanzado los nueve millones de ejemplares, en su época algo comparable al éxito deHarry Potter.”



OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.



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