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Opinión

La política exterior estadounidense. A la hora del triunfo, los EUA tomaron el liderazgo / I

Rodolfo Villarreal Ríos

La política exterior estadounidense.  A la hora del triunfo, los EUA tomaron el liderazgo / I
Junio 29, 2019 08:01 hrs.
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En la colaboración anterior nos quedamos en el momento en que el presidente Roosevelt fallece y toma el mando el vicepresidente Harry S. Truman. El antiguo capitán de la Primera Guerra Mundial; el comerciante poco exitoso de Independence Missouri; el esposo de Bess Wallace y padre de Mary Margarete; el juez del Condado de Jackson; el protegido de la maquinaria política de Missouri, lidereada por Tom Pendergast, al amparo de la cual llegó al Senado en donde como jefe de un subcomité del Comité de Asuntos Militares investigó la corrupción que existía en las adquisiciones adjudicadas en los contratos firmados durante la guerra; aquel quien no olvidaba a sus amigos y aun en la desgracia no los negaba, como fue en el caso de Pendergast; el que no perdonaba las partidas de póker y las acompañaba de lenguaje florido; el mismo a quien, prácticamente, forzaron aceptara contender por la vicepresidencia, en donde su contacto con el presidente Roosevelt fue mínimo y poco sabía acerca de todo lo que se cocinaba tras bambalinas, se convertía en el presidente número 33 de los EUA. Respecto a este digito, puede usted, lector amable, hacer todo tipo de elucubraciones, pero así se ha escrito la historia desde tiempos inmemoriales. En ese contexto, Truman habría de ocuparse no solamente de manejar los asuntos domésticos de los EUA, sino de conducir la política exterior de esa nación en base a la cual se definiría el futuro de la humanidad.
A Truman, le tocaría concluir la exterminación de la bestia austriaca, un proceso que estaba muy avanzado gracias a la gran operación realizada por un general de excelencia, Dwight David Eisenhower. Respecto a él, pocas veces reflexionamos acerca de lo que en realidad significó el llamado Dia D, el 6 de junio de 1944. En esa fecha, se jugaba el destino de la raza humana y Eisenhower lo sabía. En la bolsa de su camisa cargaba una nota en donde asumía la responsabilidad total en caso de que la operación fracasara, nada de buscar la repartición de culpas. Pero al llegar Truman a la presidencia, le tenían una sorpresa mayor.
Apenas terminaba de jurar sobre la Biblia cuando le dijeron que su país contaba con una arma de destrucción masiva. Ni idea tenia de que se trataba, aun cuando, en Rusia, el carnicero de Georgia ya estaba enterado gracias a sus servicios de espionaje. En abril 25, el secretario de guerra, Henry Stimson le revelaría a Truman de que se trataba el Proyecto Manhattan, el desarrollo de la bomba atómica. Cinco días más tarde, acorralada, la bestia austriaca se suicidaba. Finalmente, el 8 de mayo de 1945, se declaraba el día de la victoria en Europa, en esa misma fecha Truman cumplía 61 años, un regalo que jamás soñó tener. Tras de ello, Truman requería reunirse con los otros ganadores, Winston Churchill y el carnicero de Georgia, arrepentido a tiempo de su asociación con su clon la bestia austriaca.
La reunión, se suscitó entre el 17 de julio y el 2 de agosto, cuando el trio se reunió en la llamada Conferencia de Potsdam. Los temas que trataron fueron como se administraría Alemania, el establecimiento del orden durante la posguerra, los temas de los tratados de paz y discutir sobre los efectos de la guerra. Mientras eso sucedía en Potsdam, en otro sitio en Francia, Charles De Gaulle rumiaba su frustración por qué no lo invitaron al evento, olvidaba que durante el conflicto además de discursos por la radio desde Inglaterra, nada hizo para ganarse el estatus de líder. La resistencia francesa en el exilio era etérea, mientras sus paisanos en París trataban de que sus visitantes nazis la pasaran lo mejor posible. En Potsdam, acordaron como se repartirían Europa y que a los nazis se les juzgaría por sus crímenes de guerra. Respecto a esto último muy recomendable es leer el libro de la autoría de Annie Jacobsen ’Operation Paperclip: The Secret Intelligence Program that Brought Nazi Scientists to America’ (2014), son varias las sorpresas que encontrará el lector. Pero volvamos a Potsdam en 1945 cuando casi para terminar la reunión, los EUA dieron un ultimátum a Japón para que se rindiera. No hubo respuesta por parte de los hijos del sol naciente y a don Harry no le quedaron sino dos opciones. Una era continuar con la guerra convencional que indudablemente habría de generar que más estadounidenses y japoneses perdieran la vida. La otra, sacrificar la vida de inocentes y obligar a Japón a rendirse. optó por tomar la segunda con todas las consecuencias terribles que ello implicó. Así, el 6 de agosto de 1945, la bomba atómica cayó sobre la población de Hiroshima y tres días después, ante la insistencia nipona de no claudicar, repitieron la operación. Ambas acciones costaron la vida de más de cien mil personas y dejaron secuelas en miles de ellas. Eso, aunado a que Rusia declaró la guerra a Japón e invadió Manchuria, en esa misma fecha, al Imperio del Sol Naciente no le quedó otra alternativa sino arriar la bandera el 14 de agosto. La guerra del Pacifico concluiría el 2 de septiembre. Ahora era necesario reordenar el mundo y volverlo a poner en marcha.
Como triunfadores, los EUA estuvieron en condiciones de dar forma al entorno internacional de acuerdo con los principios estadounidenses -seguridad colectiva, autodeterminación nacional y descolonización. En el proceso, crearon la Organización de las Naciones Unidas como reemplazo de la Liga de las Naciones. A pesar de que los EUA se convirtieron en el ente dominante sobre las naciones europeas, no fue nada sencillo establecer las reglas nuevas en el orden mundial.
Robert J. Donovan en su libro ’Conflict and Crisis’ (1977), menciona que en la era Post Segunda Guerra Mundial, existía el sentir de que Rusia violaba o trataba de establecer una versión propia de lo que se había pactado en los Acuerdos de Terán, Yalta y Potsdam. El carnicero de Georgia, Iósif Stalin buscaba consolidar el poderío soviético y, al mantener el control del Ejército Rojo en Europa del Este, retrasaba la firma de la paz. Los soviéticos deseaban instalar un gobierno amigable en Grecia, hacer de Turquía un estado títere y apropiarse de los campos petroleros en el Medio Oriente. Moscú apoyaba a los comunistas en China y se resistía a la unificación de Corea, excepto bajo un gobierno comunista. Ante esto, algunos diplomáticos estadounidenses analizaron la situación y buscaron proveer con una guía política y diplomática para manejar la situación. En el verano de 1947, el diplomático estadounidense, George Frost Kennan, bajo el seudónimo Mr. X, introdujo el término ’Containment’ (Contención), en un artículo publicado en la revista Foreign Affairs, titulado ’The Sources of Soviet Conduct.’ A este había precedido el famoso ’Telegrama Largo’ en donde alertaba sobre el peligro que representaba Rusia. A partir de ello, la política exterior estadounidense habría de basarse en el principio de Contención que consistía en proveer a las naciones con fondos para que lograran su desarrollo económico, así como otorgarles protección mediante apoyo militar. Esto, de acuerdo al presidente Truman, citado por Barton J. Bernstein en ’Towards a New Past: Dissenting Essays in American History’ (1970), podría detener la expansión del comunismo, controlar el crecimiento del militarismo y prevenir las revoluciones. Dado que estas últimas, de acuerdo con la definición liberal, eran impuestas por una minoría pequeña, un gobierno estadounidense vigilante podría detenerlas. Eran las bases de la Doctrina Truman. Entre 1947 y 1948, el gobierno estadounidense dio los pasos primeros para transformar el principio de Contención en una política tangible.
Thomas Paterson en ’Every Front: The Making and Unmaking of the Cold War’ (1992), menciona que la meta de los EUA era construir una red internacional económica y defensiva la cual permitiera reafirmar y proteger la hegemonía estadounidense. El primer experimento se realizó en Europa occidental con el Plan Marshall, antes de continuar hemos de apuntar que este nombre se adoptó en honor del general George Catlett Marshall Jr. quien fuera la mente maestra detrás de la victoria militar de los Aliados, instrumentada por su discípulo más conspicuo, Dwight David Eisenhower. Asimismo, fue Marshal quien creó el programa de recuperación europea y cuando le fue propuesto al presidente Truman que aquello se nombrara Plan Truman, el mandatario estadounidense optó por que llevara el apelativo de Marshall. Con este plan, se cubrían varios objetivos estadounidenses tales como; la reconstrucción económica, prevención de victorias políticas de izquierdistas y comunistas, sacar al comunismo del gobierno, integración europea mediante la incorporación de la zona occidental de Alemania dentro del sistema económico de Europa occidental ligado a los EUA, arreglos de las disputas coloniales que estaban drenando los recursos escasos de las naciones de origen, bloquear una ’tercera fuerza’ o tendencias neutralistas y la creación de una alianza defensiva. El panorama lucia esplendoroso para los EUA. Sin embargo, apareció un elemento externo, que en ocasiones generó confrontaciones en lo interno, la Guerra Fría.
Fuentes diversas señalan que la Guerra Fría se deriva de tres causas entrelazadas: a) un sistema internacional conflictivo; b) la divergencia fundamental de necesidades, ideas y poder de los EUA y la URSS; y, c) la conducta diplomática y los sistemas políticos domésticos –las tácticas- de los lideres estadounidenses y soviéticos. Dejando a un lado esto, lo que más contribuyó a la Guerra Fría fue cuál de las dos potencias controlaba el desarrollo, difusión y uso de la energía atómica. Hasta 1948, los EUA tenían el monopolio de la bomba atómica y estaban preocupados porque una vez que ya no lo poseyeran, serían más vulnerables. Durante los años primeros de la postguerra, los soviéticos mantuvieron sus tropas en Europa del Este como una medida para detener el poderío estadounidense nuclear y aéreo. En 1948, dentro del contexto de la esfera militar, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Holanda fueron impulsados por los EUA para crear el Pacto de Bruselas. Más tarde, ellos reconocieron que, sin la participación de los EUA, el Pacto no funcionaría y le solicitaron que participara. Todo esto, se daba en medio de un año electoral en los EUA.
En 1948, Truman buscaría ser electo por vez primera al cargo y los pronósticos le eran negativos. Durante las elecciones intermedias de 1946, los Demócratas perdieron el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado. Aunado a ello, el presidente estaba enfrentado con el ala progresista de su partido liderada por el antiguo vicepresidente Henry A. Wallace. Le criticaban su línea dura en contra de la URSS. Asimismo, los Demócratas sureños, encabezados por un segregacionista rabioso, Strom Thurmond (el personaje admirado y elogiado por el exvicepresidente y hoy aspirante a la candidatura presidencial demócrata, Joseph Robinette Biden Jr), criticaban a Truman por impulsar los derechos civiles. Ante esto, el panorama lucía prometedor para los Republicanos quienes escogieron como candidato al gobernador de New York, Thomas Edmund Dewey a quien acompañaría en la formula el gobernador de California, Earl Warren. A esos tres candidatos enfrentaría Truman quien escogió para la vicepresidencia al senador por Kentucky y líder de la minoría en esa cámara, Alben William Barkley. En medio de la contienda electoral hubo un hecho relacionado con asuntos externos.
En contra de la opinión de su secretario de estado, George Marshall, el presidente Truman volvió a dar muestras de que no olvidaba a sus amigos. Uno de ellos, era el judío no practicante, Edward Jacobson, quien fuera su socio en el negocio fallido en Independence. Jacobson, le solicitó que recibiera al líder del movimiento sionista, Chaim Weizmann. Tras de la entrevista, efectuada en marzo de 1948, el presidente estadounidense decidió dejar de lado sus temores sobre los que opinarían los países árabes y el 14 de mayo de 1948, apenas once minutos tras de que el estado de Israel se auto declarara una nación, Truman lo reconoció. Pero volvamos a la contienda electoral.
El candidato republicano, Dewey, realizó una campaña muy comedida, tal vez creía tener la victoria en la bolsa. Por su parte, Truman se dio a la tarea d emprender una actividad frenética por todo el país, sin cuidarse de formalidades y buen comportamiento. Ante ello, la noche de las elecciones, analistas y expertos estaban seguros de que el mando en la Casa Blanca cambiaria de manos. Inclusive el diario The Chicago Daily Tribune, el 3 de noviembre de 1948, publicó en el cabezal de la primera plana: ’"Dewey Defeats Truman.’ Sin embargo, doña realidad, terca como lo ha sido a lo largo de la historia del mundo, no hizo caso a los expertos y los resultados mostraron que 24.2 millones de votos eran para Truman; 21.99 millones para Dewey; 1.16 millones para Thurmond; y, 1.15 millones para Wallace, lo cual significaron respectivamente, en términos de votos lectorales, 303, 189, 39 y 0 resultado de obtener la victoria en 28, 16, 4 y 0 estados. Asimismo, los Demócratas recuperaron el control de ambas cámaras. Si bien el panorama domestico lucia brillante para el año próximo, en la esfera internacional las cosas habrían de complicarse.
En 1949, la Unión Soviética produjo su propia bomba y el escenario quedo listo para que la Guerra Fría fuera el eje de la política exterior estadounidense durante los años venideros. Ello de alguna manera influyó para que lo inicialmente conocido como el Pacto de Bruselas fuera modificado y a él se incorporaran EUA y Canadá, lo cual dio origen, en 1949, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Los Estados Unidos se convirtieron en el miembro clave de la OTAN, proveyendo protección y seguridad, así como los fondos para adquirir equipo militar y hacer viable la asociación regional. En ese contexto, mediante la promulgación de la primer Ley de Asistencia para la Defensa Mutua (octubre 1949), se autorizaron cerca de dos mil millones d dólares en ayuda militar para los miembros de la OTAN, así como para Grecia, Turquía, Irán, Corea, Filipinas y China. Se había militarizado la Contención.
Asimismo, se implantó una política para ayudar a Japón en su reconstrucción y asegurar así que ese país se incorporara a la esfera estadounidense. Para lograr las metas de desarrollo descritas bajo la política de Contención, los EUA disponían de dos integumentos El Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Dado que ambos tenían su sede en Washington, el presidente del Banco Mundial era un estadounidense, y los EUA el principal proveedor de financiamiento, los préstamos se otorgaron a los amigos de los estadounidenses, negándoselos a los que pertenecían a la esfera soviética. Fue la transformación de la ’Dollar Diplomacy’ en un instrumento moderno de desarrollo. Pero, la Contención no era un concepto rígido.
En 1949, cuando el líder de Yugoslavia, Josip Broz, Tito, rompió con la URSS, tras cavilarlo, los EUA se percataron de lo importante que era dar apoyo a un disidente de la esfera comunista como un paso inicial para romper la unidad del bloque soviético. Regresando a Paterson, los EUA gradualmente se abrieron al comercio con el país balcánico, además de otorgarle créditos en 1949 y ayuda militar dos años más tarde. También, en 1949, al momento en que Mao Zedong derrotó a Chiang Kai-shek, y proclamó un gobierno comunista independiente de Moscú, los estrategas del departamento de estado recomendaron reconocerlo y continuar con el intercambio comercial de bienes no estratégicos. Por esos rumbos, cuando los soviéticos armaron a Corea del Norte para invadir Corea del Sur (CS), el aliado de los EUA, estos asumieron que los rusos trataban de medir su grado de debilidad, a la vez que se convertían en una amenaza para la ribera del Pacifico y apoyaron a CS, mientras tanto Francia determinaba ir en busca de su expansión en Indochina (Vietnam, Cambodia y Laos), Filipinas y Formosa (Taiwán). Acerca de las consecuencias de todo esto, comentaremos en la colaboración siguiente. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) ¿Estará pensando el senador Ricardo Monreal en comprarles, para eso del acompañamiento, unos guitarrones y trompetas a los miembros del gabinete?
Añadido (2) El CEO de la multinacional más antigua y sus acólitos, deberían de estar avergonzados por la foto del padre y la niña. Ellos han sido los promotores de las caravanas cuya finalidad es el negocio disfrazándolo de caridad.
Añadido (3) Muy triste es observar las imágenes del deterioro que, en su salud, sufre la primera ministra alemana, Angela Merkel. ¿Habrán reflexionado al respecto nuestros próceres quienes viven en una cámara de gases llamada CDMX? Perdón, olvidábamos que ellos son inmunes a cualquier quebranto de salud, eso solamente afecta al común de los mortales.
Añadido (4) En estos días no podemos sustraernos de recordar lo que Mario Benedetti escribía y Nacha Guevara cantaba: ’Señor Ministro ¿De qué se ríe? ¿De qué se ríe? ...’

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