La ciencia y la tecnología se han convertido son parte intrínseca e inseparables de la vida humana y el progreso de las sociedades que ésta conforma, desde la Grecia, China y Mesoamérica antiguas. Ambos conceptos, ciencia y tecnología, desde la primera Revolución Industrial están tan interrelacionados que algunas personas han llegado a considerar que son uno solo. Pero el estudio de sus orígenes revela diferencias notables y determinantes Con el fin de formalizar de manera pragmática ambos conceptos y delimitar sus esferas de acción, se hace indispensable exponer sus definiciones, características e interdependencias. Tanto la ciencia como la tecnología justifican su existencia en la búsqueda y el desarrollo de productos, servicios, medios, herramientas y otras entidades, capaces de satisfacer las necesidades humanas y alterar su vida en general, para bien y para mal.

La ciencia y la tecnología siempre han constituido un poderoso pilar del desarrollo militar, económico, social, político y cultural de la vida en todas las sociedades, sobre todo en la moderna una vez que estalló la Revolución Industrial. A tal punto llega su influencia que la vida actual se ha visto inundada en todos sus aspectos por una creciente avalancha de productos procedentes tanto de una esfera como de la otra, cuya utilización sistemática se ha impuesto como condición para el desarrollo en ésta etapa histórica.

Pero vámonos por partes diría el Dr. Frankenstein.

▪︎Se entiende por ciencia a aquella esfera de la actividad social humana cuyo fin es la adquisición de conocimientos acerca del mundo circundante, su composición y su comportamiento. La ciencia está formada por 4 ingredientes fundamentales:

- El factor humano, representado por los científicos y por todo el personal que colabora con los fines de la actividad científica.
- El factor social, compuesto por el conjunto de relaciones que, en el marco del trabajo, mantienen los científicos; manifestaciones de éstas relaciones las constituyen las sociedades, los grupos y equipos de trabajo, los colegios invisibles, etc.
- El factor cognitivo, que aún cuando incluye los procesos necesarios para generar los conocimientos teóricos, metodológicos, prácticos u otros se manifiesta por medios informales (conferencias, intercambios de impresiones, etc.) o formales (revistas científicas, manuales, etc.) de la comunicación científica, que son los que esencialmente simbolizan a éste ingrediente.
- Las leyes (regularidades estables o probabilísticas identificadas en el comportamiento de los procesos naturales, sociales o de otra índole), constituyen una de las formas que adopta el conocimiento científico, que posee una gran significación para la sociedad porque permite transformar tanto la realidad objetiva como a sí misma de manera consciente (con conocimiento de efecto) y controlada.
- El factor material, que comprende tanto los instrumentos, los equipos u otros elementos que constituyen herramientas que los científicos utilizan directamente en el proceso cognoscitivo como las instalaciones (laboratorios, edificios, etc.) en el marco de las cuales se desarrolla este tipo de actividad.

Muchos objetos tomados en forma aislada del contexto científico contienen elementos de dos o más de los componentes mencionados. Por ejemplo, los métodos de gestión del personal científico, aun cuando su fundamento lo aportan distintas disciplinas, su aplicación se produce en el contexto social de las ciencias, es decir, en la esfera de las relaciones entre los individuos y los colectivos.

▪︎En tanto que la tecnología constituye aquel sector de la acción social humana decidida a modificar el mundo circundante, su composición y su comportamiento de acuerdo al interés humano específico.

La transformación de la realidad objetiva se efectúa mediante un ciclo cerrado de 5 momentos o etapas que comprende, tanto al producto o al servicio, como a los procesos de su generación. Éstas 5 etapas por las que atraviesa cualquier producto o servicio son:
- determinación de su necesidad;
- diseño y desarrollo del producto, del servicio y del proceso;
- producción o prestación del servicio;
- valoración del suministrador y del cliente, y
- análisis del perfeccionamiento del producto o servicio y del proceso.

De forma llana podemos considerar a las necesidades cognoscitivas del ser humano como origen de la ciencia y las necesidades materiales, como la fuente del desarrollo de la tecnología. Mientras que la ciencia se ocupa de conocer y comprender los objetivos y fenómenos ya existentes, la tecnología trata de crear productos y servicios que aún no existen, pero que son necesarios. Las instituciones de formación académica, por ejemplo, poseen un doble carácter, científico y tecnológico en su actividad esencial porque, a la vez que facilitan los procesos de transmisión de conocimientos, también verifican procesos de transformación del mundo mediante el desarrollo constante de productos y servicios dirigidos a influir decisivamente en los procesos de producción, los materiales, etc. Y aunque difícil de entender, la tecnología se desarrolló antes que la ciencia, porque respondía y responde, a la necesidad práctica e inmediata del ser humano. Así pues, aprendimos a producir el fuego mucho antes de preguntarnos las causas e implicaciones sociales del fuego, aprendimos a domesticar animales y construir casas sin poseer los conceptos generales de la genética ni del equilibrio o la estabilidad.

Si observamos los componentes esenciales que conforman la actividad tecnológica, se hallarán los 4 elementos antes definidos como fundamentales a la hora de analizar la actividad científica. Sin embargo, esto no quiere decir que para el sector tecnológico cada componente no posea matices propios. Por ejemplo, en cuanto al componente cognoscitivo, la actividad tecnológica incorpora, con gran énfasis, la información del mercado, de las necesidades, de los precios de la competencia, de la satisfacción y otras, esenciales para la subsistencia de los productos y las empresas que desarrollan este tipo de actividad.