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En las Nubes

En España

Carlos Ravelo Galindo

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Junio 12, 2014 09:05 hrs.
Política ›
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Hoy, con la nueva Monarquía, vale la pena recordar a quienes añoran la República. O a la dictadura. Son algunos ejemplos, sin ofender a ningún hispano, tan cordiales con nosotros. Vaya, en son de risa: En Galicia solo hay dos personas que se dedican a la mudanza, Manolo y su hermano. Un día iba Manolo con un armario muy grande sobre los hombros, y uno del pueblo le dice: 'Oye Manolo, ¿no te ayuda tu hermano?' Claro, Mi hermano está dentro: ¡sujeta las perchas! El mismo Manolo y José se encuentran en un camino. José llevaba una bolsa al hombro. '¿Qué tienes en la bolsa?' dice el otro. 'Pollos' responde el primero. 'Si acierto cuantos llevas, ¿puedo quedarme con uno?' 'Si aciertas, puedes quedarte con los dos.' 'Bueno, pues... ¡Cinco! Durante los Juegos Olímpicos en Zaragoza- el alcalde al pronunciar un discurso, comienza: 'O.... O... O.... O....O.' 'No, señor alcalde, los aros olímpicos no se leen' 'Oye Manolín. A que no sabes qué me compré y puse en mi living: ¡Un condensador de protones estroboscópicos con fisionador calimastrado! ¿Qué? Espera un momento, ¿qué mierda es un living? Este es mejor: Llega Manolo a la morgue: “Busco a un amigo mío que se ahogó ayer''. ¿Puede darme alguna seña particular de su amigo para identificarlo? Sí, era sordomudo. Dos malagueños alquilaron un bote. Van de pesca y dan con un lugar muy bueno. Hagamos una cruz en el piso del bote, así mañana volvemos al mismo lugar, ¿vale?' 'Pero, tío, vaya que eres tonto... con razón luego los argentinos nos hacen chistes crueles...Tú,¿crees que mañana te darán el mismo bote? Los periódicos madrileños también tienen lo suyo. Un encabezado: “Gallego suicida mata a su hermano gemelo por error”. Igual que en México cuando un diario de la calle de Bucareli publicó a ocho columnas: “Mató a su madre sin causa justificada”. Algunos de por allá usan solamente la letra T en sus agendas de teléfonos: teléfono de Antonio, teléfono de Paco, teléfono de Manuel, teléfono de Pepe. Ocurre que Felipillo fue el martes a la zapatería. Después de probarse unos cuantos pares, eligió unos italianos, muy elegantes. Al entregárselos, el empleado le advirtió: Señor, este tipo de zapato suele apretar bastante en los primeros cinco días. No hay problema' –respondió: los voy a usar hasta el próximo domingo. Joselito y su mujer están preparando el divorcio, y dice ella: Yo me quedo con el nene. ¡Joder! ¿Y eso por qué? Pues porque es mío, no tuyo, responde ella. ¡Pero si tampoco es tuyo! -contesta él. ¡Cómo que no! ¿Y quién lo parió? -pregunta ella. No sé. ¿Te acuerdas el día que nació, me dijiste: el niño está sucio, cámbialo' Sí... Pues eso hice, lo cambié. Se encuentran Venancio y Toño, pero éste último llevaba un pingüino de la mano, y Venancio le pregunta: Oye, Toño, ¿pero qué haces con ese pingüino? Pues na, que me lo he encontrao, y no sé qué hacer con él. Si serás gilipollas (en México pendejo). ¿Por qué no lo llevas al zoológico? Hombre, pues qué buena idea. Hoy mismo lo llevo. Al día siguiente se vuelven a encontrar, pero Toño sigue con el pingüino, por lo que Venancio, extrañado, le pregunta: ¿Qué ha pasado contigo, no habéis dicho que llevarías al pingüino al zoológico? Hombre pues lo he llevao, y nos hemos divertido tanto que hoy nos vamos p´al circo. Manolo le muestra a un amigo un reloj que le regalaron: Mira esto... Mira que reloj me mandó mi primo: da la hora, los minutos, los segundos, la fecha. Tiene alarma, cronómetro, tiene linterna y radio... ¡Excelente, Manolo, cuántas cosas! Sí, y mi primo me dijo que me podía bañar con él, pero no encuentro el botón del agua. A Liborio lo atropella un autobús, y toda la gente se aglomera alrededor de él. Liborio, adolorido dice: Inclínenme, inclínenme. La gente lo inclinaba, pero él seguía en grito: Inclínenme, inclínenme. La gente ya no sabía cómo ponerlo, y el gallego dice: Si no hay una clínica, hospitalícenme.
Afortunadamente concluyó la gira. Regresamos, por el momento, indemnes. Aún cuando algunos gritos destemplados que casi nadie escuchó.
craveloygalindo@yahoo.com.mx

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