Duarte, un hombre limpio

César Duarte es malquerido en Chihuahua, entidad en la que supuestamente funge como gobernador, cargo en el cual, dicen sus detractores, se ha enriquecido sin rubor alguno. ¿Puede probarse?

Podemos afirmar que no se requiere, pues su correligionario, Emilio Gamboa Patrón, de inmediato saltó sobre su escañó y aclaró: Duarte es un hombre limpio.

Tres días después el impasible gobernador de Chihuahua y el senador Javier Corral tuvieron su sainete, acusándose mutuamente de corrupción, aunque el pecado de Corral, y él lo reconoce, es la portación de hermano incómodo, en el mismo estilo que Carlos Salinas ha cargado con Raúl.

Duarte, absolutamente seguro de su verdad, afirma que en Chihuahua hace 17 meses no se dan secuestros, pero Corral le refutó el aserto. Es posible que el gobernador tenga razón, ya no los secuestran, ahora los matan, los desplazan, los despojan o los convierten en cómplices de la delincuencia organizada.

Quizá los lectores consideren exagerado lo anterior, pero esa versión la escuché del silencio de las casas abandonadas por las familias desplazadas por la violencia, o de las casas cuyos habitantes murieron y mueren a balazos, o de las casas cuyos propietarios ya no pudieron pagar derecho de piso en sus negocios, o de las casas donde se murió de miedo; en esas, el silencio es especialmente elocuente.

¡Claro que el senador Gamboa Patrón tiene razón!, Duarte es un hombre limpio, tanto, que de su gobierno no quedará huella, precisamente porque nada dejará sin limpiar, incluidos los cajones de los escritorios, los saldos de las cuentas bancarias, la recaudación fiscal que nunca se enteró al SAT.

Javier Corral no tiene perdón, se equivoca, levanta falsos al gobernador de Chihuahua, tan bien descrito por Javier Marías en Así empieza lo malo, donde habla de los hombres que no se conocen a ellos mismos, porque no están hechos del todo, y “lo mismo ocurre a las personas en su itinerario, hay vidas que no suscitan curiosidad y a las que asistir da enorme pereza, pese a estar llenas de vicisitudes, y hay otras que inexplicablemente hipnotizan, aunque nada muy llamativo parezca estar aconteciéndoles, o lo mejor nos quede oculto y sean sólo suposiciones”.

De estas últimas es la vida de César Duarte, su quehacer político y administrativo inexplicablemente hipnotiza, aunque para la desgracia de los chihuahuenses lo mejor de su gobernador quede oculto, total es un hombre limpio, ya lo dijo su correligionario.