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Don Enrique Díaz Clavel, una leyenda del periodismo en Guerrero


"La prensa es importante, tanto escrita como electrónica, quienes ejercen este oficio, quehacer o profesión tienen que enaltecerlo", una de sus frases emblemáticas

Don Enrique Díaz Clavel, una leyenda del periodismo en Guerrero
Septiembre 09, 2015 22:18 hrs.
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Don Enrique Díaz Clavel, convertido en una leyenda del periodismo en Guerrero, además de ser el cronista por excelencia en Acapulco, nació en Pinotepa Nacional, Oaxaca, el 10 de febrero de 1933. Sus padres fueron don Cutberto Díaz Walls, de profesión médico, y doña Aureliana Clavel Sánchez, dedicada a los quehaceres domésticos, quienes lo llevaron a vivir al puerto cuando apenas tenía cinco años de edad.

Después de realizar los primeros estudios tomó cursos de capacitación magisterial que lo facultaron para ejercer la docencia en el nivel primario del Sistema Educativo. Asimismo, obtuvo certificados de mecanógrafo y de periodista: el primero, en una academia comercial; el segundo, a través de la formación específica ofrecida por la Universidad Nacional Autónoma de México y por la Universidad Autónoma de Guerrero.

En 1955 se inicia como periodista. Con el seudónimo de Fray Quique escribía entonces la columna “Antena deportiva”, que publicaba El Trópico, periódico editado por el veracruzano Manuel Pérez Rodríguez. Poco después, durante la administración municipal del señor Efrén Villalvazo Alarcón (1 de enero a 5 de diciembre de 1955) cubrió para el mismo rotativo la fuente política y los eventos culturales, científicos, sociales y deportivos del municipio. Fue éste el primer reconocimiento, de muchos que ha recibido, a su talento periodístico y a la preparación que pronto había alcanzado.

En enero de 1956 publicó varios artículos de fondo con motivo del cincuentenario de la Escuela Primaria Ignacio Manuel Altamirano, de la que fue alumno y posteriormente “profesor ayudante” –como se recuerda a sí mismo– durante el periodo 1951–1954; (hace treinta años todavía se usaba la palabra “ayudante” para designar al maestro de primaria que trabajaba como titular de uno o más grupos, pero que no tenía la responsabilidad de ser director de la escuela). De ese mismo año, 1956, data su presencia –cada vez más significativa– en el mundo del periodismo político; la entrevista que hace al gobernador interino Darío L. Arrieta Mateos será el primer paso de una muy exitosa carrera que lo vinculará profesionalmente con la política mexicana, en especial la del estado de Guerrero y la del Puerto de Acapulco. La seriedad de su trabajo habría de traducirse en la mejor recomendación para que desde 1960, a sugerencia y por intermediación de Jorge Joseph Piedra –presidente municipal de Acapulco (1 de enero de 1960 a 17 de octubre de ese mismo año)– fuera corresponsal de Excélsior.

Su labor como periodista le ha permitido trabajar en casi todo el estado de Guerrero y en otros lugares del país. También se ha desempeñado en el extranjero: Cuba, España, EU, Francia, Inglaterra, Italia, Japón y Suiza. Esta cobertura tan amplia se ha traducido en entrevistas a personajes diversos: presidentes de la República, reyes, gobernadores, presidentes municipales, astronautas, artistas, escritores y muchos otros hombres y mujeres destacados en los ámbitos nacional e internacional (algunos nombres: Mario Moreno “Cantinflas”, María Félix, Brigitte Bardot, Sonia Amelio, Alicia Alonso, Yves Costeau, Michael Collins, Titov, Leon Uris, Rafael Coronel, etc.).

Fue corresponsal de The Associated Press y reportero del periódico Avance. Ha sido cronista en programas de radio y televisión de Guerrero bajo la dirección del ya fallecido Arturo Cervantes Delgado; en programas de radio, a nivel estatal, bajo la conducción de Isabel Ortega Morales, y en programas de radio producidos por la Secretaría Municipal de Desarrollo Social de Acapulco.

Ha cubierto sucesos de gran trascendencia como la guerrilla de Genaro Vázquez Rojas y la de Lucio Cabañas Barrientos, la matanza de los copreros, el asesinato de Alfredo López Cisneros, el encarcelamiento y libertad de Sofía Bassi, el sonado secuestro y liberación del doctor Jaime Castrejón Díez (rector de la Universidad Autónoma de Guerrero al comenzar la década de los 70), el secuestro y liberación del ingeniero Rubén Figueroa Figueroa, la matanza de Aguas Blancas, la aparición de grupos armados (como el llamado Ejército Popular Revolucionario), los hechos y consecuencias que arrojó el huracán Paulina, etc.

Escribió las semblanzas de José Agustín Ramírez y sus hermanos Alfonso, Augusto, Concepción y Ramón; de Juan R. Escudero, Felícitas V. Jiménez, Apolonio Castillo Díaz, Clemente Mejía Ávila y Alfredo López Cisneros. Su libro Testimonio. Relatos de Acapulco, publicado en 1994, es el punto de vista de un hombre profundamente identificado con la historia, el ser y el quehacer del puerto y sus habitantes. En 1999 editó El último gobernador del Siglo XX, que relata la vida del entonces mandatario de Guerrero, licenciado René Juárez Cisneros.

El 13 de diciembre de 1988, siendo presidente municipal el señor Israel Soberanis Nogueda, fue nombrado cronista de la ciudad y Puerto de Acapulco. El 28 de septiembre de 1990 es designado consejero técnico de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos. Del 31 de mayo de 1996 al 16 de julio de 1998 fungió como consejero electoral.

Ha recibido los premios siguientes: Ignacio Manuel Altamirano, el 7 de junio de 1985, en Acapulco, de manos del gobernador Alejandro Cervantes Delgado, con motivo del IV Certamen Estatal de Periodismo; Gilberto Figueroa, el 12 de diciembre de 1985, en el Distrito Federal, que el diario Excélsior otorgó por vez primera, a través de su entonces director don Regino Díaz Redondo; Juan R. Escudero, el 4 de enero de 1986, en Acapulco, como reconocimiento del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, el cual entregó el señor Rodrigo Huerta Pegueros, dirigente de la Sección XXV; Ignacio Manuel Altamirano, el 7 de junio de 1989, en Chilpancingo, entregado por el gobernador José Francisco Ruiz Massieu, como resultado del dictamen emitido por el jurado calificador del VIII Certamen Estatal de Periodismo; el premio civil otorgado a un comunicador social destacado el 27 de octubre de 1989 en Taxco, al celebrarse un aniversario más de la erección del estado de Guerrero de manos del gobernador José Francisco Ruiz Massieu (recibieron el diploma los hijos del señor Díaz Clavel: Martha Delia y Marino Enrique).

Obtuvo dos reconocimientos más: el 18 de marzo de 2001 el periódico Excélsior le dio un diploma por cuarenta años de servicio como corresponsal en Acapulco; posteriormente el Club de Periodistas del Estado de Guerrero le entregó otro por la misma razón.

En 1976 fundó la colonia del Periodista en Acapulco.

Don Enrique Díaz Clavel tenía sólo nueve años cuando quedó huérfano de padre; su vida desde entonces se ha caracterizado al menos por la disciplina, el esfuerzo y un alto sentido de responsabilidad. Está casado con la señora Delia Valdez de Díaz; sus hijos son Verónica, América, Zaida Carolina y los dos ya mencionados.

Hombre de su espacio y de su tiempo históricos, don Enrique ha sabido interpretar los hechos sociales más trascendentes de nuestra entidad y los ha expresado con maestría periodística en una ejemplar labor de más de cincuenta años.

Actualmente vive en Acapulco y continúa ejerciendo su profesión en las redes sociales y en varios medios de resonancia en el puerto, donde todos los días es admirado y leído por las viejas y nuevas generaciones del oficio más trascendental del mundo, el periodismo.

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