Lilia Cisneros Luján | diarioalmomento.com

Desarrollo sostenible


El hambre “es mucho más que la falta de alimentos, es una terrible injusticia”, declaró el secretario general de la ONU

Desarrollo sostenible
Octubre 19, 2015 22:07 hrs.
Periodismo ›
Lilia Cisneros Luján › diarioalmomento.com

Una colorada (vale más que cien descoloridas)
No ha pasado un mes, desde que representantes de casi todos los países, se reunieron[1] en NY, para decidir “nuevas vías hacia el futuro y mejorar la vida de las personas”. Basados en los 8 objetivos del milenio las naciones acordaron medidas destinadas a erradicar la pobreza, promover el bienestar y la prosperidad para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático[2].
Construir un mundo mejor es la frase rimbombante aunque muchos nos preguntamos ¿Por qué no impidieron a los destructores –empresas mineras, tala-bosques, buscadores de petróleo con métodos tan destructivos como el fracking, productores de transgénicos, fabricantes de armas, etc.- asestar los golpes que hoy tiene moribundo al planeta? Además de lo dicho por los líderes de Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay, Costa Rica y México ¿se atreverán a poner límites a los poderes –oficiales y fácticos- causantes de la inequidad social, la corrupción y la impunidad?
El hambre “es mucho más que la falta de alimentos, es una terrible injusticia”, declaró el secretario general de la ONU; pero el hambre, la desnutrición, la obesidad son apenas efectos de políticas financieras mundiales que han favorecido hasta el exceso a unos cuantos y dejado en la absoluta marginación a millones de personas. ¿Será por ellos que la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo -UNCTAD- se dirige sobre todo a los países desarrollados recomendando una nueva “arquitectura financiera” que parta del aumento al gasto público y a los salarios? En esta recomendación, de verdad ¿están considerando a las personas como seres humanos o solo como consumidores a los que se debe estimular a demandar hasta lo inservible?
Lo cierto es que luego de siete décadas, discursos, planes, temas …. recomendaciones van y vienen, sin que el panorama global se vea mejor. ¿Cómo puede garantizarse una vida digna para todos, si se sabe que antes del 2035 la producción de alimentos reducirá en 12% debido a la desertificación? En junio de este año, la FAO reveló datos que vistos de manera objetiva parecen sentencias de muerte. ¿Lo tomaron en cuenta en Guatemala donde una montaña en apenas unos minutos sepultó a centenas de personas? ¿Cuántos responsables del desarrollo rural están ciertos de que “los suelos de montaña son los cimientos más frágiles del ecosistema pero proporcionan agua a más de la mitad de la población mundial?
Los juegos de luces en edificios –rosa por el cáncer, azul por el autismo, tricolor para las fiestas patrias, la navidad o las brujas, etc.- son la moda mundial. ¡Nadie puede negar su belleza! eso da trabajo, aunque sea eventual, a los artistas de la luz; seguramente los nuevos objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el edificio de la ONU, impresionaron a muchos de los asistentes a la cumbre de septiembre, pero ¿con eso comen mejor los niños y los ancianos?
La generaciones que aun cultivaban la sabiduría de observar causas y efectos sabían que para ser eficaces no se requiere más dinero sino gastar bien. Imaginemos que en lugar de viajar a New York o París, las siguientes cumbres de la ONU se realizan de manera virtual.
Que México, por ejemplo, luego de una evaluación concienzuda explique porqué reduciría al mínimo lo que fue la contraloría Federal –hoy función publica- designando, como se ofreció, a un colegiado de personas probadamente honorables para vigilar quien de los funcionarios cumple y quien no. Cierre sus ojos y delineé un escenario en el cual los fiscales –antes MP- corruptos, son enjuiciados, descubiertos públicamente en sus trapacerías, obligados a devolver lo que se han robado -por encubrimientos o por consignaciones de vendetta- y enviados al desierto a recuperar la tierra, por el tiempo necesario para que se arrepienta por el daño causado.
Me queda claro que esto es el mundo y no el paraíso, pero pregúntese ¿Qué pasaría, si las cárceles, se sitúan lejos –como fue en otro tiempo las islas marías-, sin visitas conyugales, con una rotación sana -cada seis meses se recomienda a las enfermeras que trabajan en unidades de cuidados intensivos- que impida la corrupción entre los custodios, promueva el trabajo y el cuidado del medio ambiente?
Dado que estamos en crisis, que tal que: los presupuestos de obras se usan para reparar carreteras, avenidas y calles, en vez de hacer segundos pisos, puentes, deprimidos o zonas reservadas para bicicletas, metrobuses y todas las linduras que dejan comisiones hasta de un 30%. Una de las demandas populares en casi toda la geografía es la poda de árboles, lo cual por cierto es también cuidado del medio ambiente ¿Por qué en vez de cambiar banquetas no podan con orden evitando que árboles enfermos sigan convirtiéndose en gigantes contaminadores?
¿Se tiene un censo de espacios habitacionales -casas, departamentos edificios en ruinas- que son ahora oficinas, talleres, tienditas, consultorios? ¿Porque los espacios que se han construido para comercios son bodegas y los comerciantes siguen en la calle, ensuciando, amenazando, corrompiendo?
Muchos de nosotros ya no llegaremos al 2030, para ver si la ONU logró alcanzar sus metas, pero mientras partimos nos haría muy felices el ver que alguien resolvió la crisis “avícola”[3] que nos agobia y tuvo lo necesario para poner un poco de orden, logrando así una suerte de equidad es decir mejor reparto de la riqueza con lo cual estaríamos más cerca del desarrollo sostenible.


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[1] Cumbre del 25 al 27 de septiembre
[2] A fines de noviembre, habrá otra reunión, sobre este tema específico, en París la ciudad Luz.
[3] Que tiene una dosis de falta de tanates, complicidad, carencia de sentido común y exceso de cinismo

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