Demandan la clausura de la minera Autlán cuyos accesos se mantienen bloqueados

Pobladores de comunidades de la Sierra, transportistas y activistas marchan en demanda de clausura de la minera Autlán cuyos accesos mantienen bloqueados.

Juan Ricardo Montoya

Lo que inició como un conflicto entre transportistas y la compañía Minera Autlán rápidamente se convirtió en un movimiento de lucha de diversas comunidades de la región de la Sierra Hidalguense en contra de la contaminación del aire y ríos causada por esta empresa en poco más de 50 años que se encuentra en operación en el estado de Hidalgo.

La mañana del lunes, cerca de 200 pobladores de comunidades indígenas de los municipios de Molango, Lolotla, Tepehuacán de Guerrero y Tlanchinol, con respaldo de 90 camioneros y activistas del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ) realizaron una marcha a lo largo de la carretera México-Tampico en repudio a la empresa.

Tras la marcha, los representantes de las comunidades afectadas, activistas ambientalistas y transportistas conformaron el Movimiento Ambientalista por la Sierra Hidalguense (MASH).

Por la mañana del pasado sábado un grupo de pobladores apoyados por transportistas iniciaron un bloqueo intermitente en el crucero de la carretera federal México – Huejutla en el lugar denominado Tlaxcango, donde más de 200 pobladores y aproximadamente 90 camiones de carga permanecen bloqueando el acceso a la minera Autlán.

La compañía minera que en 2018 fue acusada en Puebla por parte de el MAIZ al responsabilizarla de la desaparición del activista Sergio Rivera Hernández quien encabezaba la oposición popular al proyecto hidroeléctrico ’Coyolapa-Atlzalá; ahora enfrenta la oposición de pobladores de distintas comunidades de los municipios de Lolotla, Molango y Tlanchinol por la violación a sus derechos humanos, así como también a la Ley de Derechos y Cultura Indígena para el Estado de Hidalgo, Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección Ambiental Actividades industriales altamente riesgosas, toda vez que la mina trabaja a cielo abierto, extrayendo manganeso por medio de la trituración, detonación con potentes explosivos y horneado de materiales que liberan día y noche grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera que ocasionaron desequilibrios ecológicos y daños al ambiente que se aprecian irreparables.
Fortunato Romero Silva vecino de la comunidad Chiconcuac, quien tiene más de 18 años luchando y tocando puertas para denunciar los abusos de la empresa, comentó que el horno rotatorio con que trabaja la empresa genera grandes cantidades de humo que se transforma en polvo que se esparce por más de 70 kilómetros a la redonda contaminando el agua, la tierra, dañando al ganado, pica las láminas y los alambrados además de provocar graves daños a la salud; además que las explosiones de dinamita ya deterioraron las casas y las iglesias.

Pobladores de diversas comunidades que desde el sábado participan en la movilización denunciaron que Autlán desecha en los ríos aceites, grasas, diésel y polvo de manganeso, por lo que en el río claro hoy prácticamente acabaron con todas las especies, el ganado se enferma y muere; el río era la fuente de trabajo de sus comunidades que ahora padecen del vital líquido y desde hace años vienen pidiendo a la minera Autlán la instalación de una planta de tratamiento y sólo se enfrentan a la negativa de la empresa quien viola ley de forma impune.
Así, el ahora llamado Movimiento Ambientalista por la Sierra Hidalguense (MASH) hizo un llamado al presidente de la República y al Congreso local del Estado de Hidalgo para que atraiga el problema tan grave que enfrentan las comunidades y puedan tener solución a su problemática ya que hasta el momento ninguna otra autoridad les ha proporcionado ninguna respuesta.

Por lo pronto continuarán con el bloqueo del acceso a la minera Autlán por tiempo indefinido en demanda de su clausura definitiva.